Posible nombramiento de 33 catedráticos extraordinarios de universidad

Julio Caro Baroja, José Ferrater Mora, Julián Marías, Manuel Tuñón de Lara, Carlos Castilla del Pino y Juan J. Linz son algunas de las personalidades a las que el Ministerio de Universidades e Investigación podría nombrar catedráticos extraordinarios de universidad, según ha podido saber EL PAIS de fuentes generalmente bien informadas.

Son varias las universidades españolas que, según dichas fuentes, ultiman en estos momentos las gestiones con el departamento de Universidades e Investigación para que, a tenor de un decreto ministerial de agosto pasado, cuyo espíritu se mantiene también en el artículo 53 del proyecto de ley de Autonomía Universitaria, puedan ser nombrados catedráticos extraordinarios diversas personalidades de la ciencia y la cultura españolas, que han estado fuera de España o que han permanecido en nuestro país al margen de la vida universitaria.

Además de los nombres ya reseñados, se citan, entre otros, los de Juan Marichal, Santiago Grisolía, Juan Rof Carballo, Manuel Sacristán, Camilo José Cela, Miguel Delibes, Enrique Mas, Ignacio Sotelo, Manuel Castells, Salvador Giner, Nicolás Sánchez Albornoz, Paulino Garagorri, Luis García Berlanga, Ramón Piñeiro, Martín Recuerda, José Vidal Beneyto, Claudio Guilién, Ricardo Gullón, Carlos Saura, Francisco Guerra, Joan Fuster, Miguel Sánchez Mazas, Jorge Enjuto, Fernando Díaz-Plaja, José Peris, Juan Antonio Bardem y Carlos Blanco Aguinaga.

El artículo 53 del citado proyecto de ley establece que «con carácter excepcional, el Gobierno, a propuesta del Ministerio de Universidades e Investigación, previo informe favorable del Consejo General de Universidades y a petición de la universidad respectiva, podrá nombrar por decreto catedráticos extraordinarios a individuos de relevante personalidad científica o profesional adscribiéndose directamente a plaza concreta de la universidad peticionaria».

Un portavoz oficial del Ministerio de Universidades e Investigación no quiso confirmar ni desmentir ni uno solo de los nombres de las personalidades relacionadas. Se limitó a declarar, a requerimiento de EL PAIS, que «dentro de los estamentos universitarios es evidente el; deseo de que se incorporen cuanto antes a la docencia e investigación universitaria aquellas personas de reconocido prestigio que por razones muchas veces de carácter político, se han visto obligadas a desarrollar su labor fuera del ámbito universitario»

Añadió que, «lamentablemente, el proceso de incorporación se está produciendo con demasiada lentitud, por causas ajenas a la voluntad del Ministerio».

Se sabe que el Ministerio abrigó en algún momento la idea de elaborar un censo minucioso de estas personalidades para otorgarles de manera directa el nombramiento, pero consideró más idóneo que las iniciativas y propuestas surgieran de las propias universidades. -

Todo hace suponer que la buena voluntad de los estamentos universitarios a los que hacía referencia el portavoz ministerial está tropezando con no pocos egoísmos, bastantes intereses de cuerpo e incluso con algunas viejas rencillas personales. Todas estas circunstancias pueden ser la causa de que muchos nombramientos se retrasen y hasta de que algunos no lleguen a producirse.

Tal vez sea esta la razón por la que el Departamento de Universidades esté preparando una nueva orden ministerial para ampliar el abanico de los estamentos universitarios que podrán formular propuestas de candidatos a estas cátedras extraordinarias, de tal modo que la iniciativa no sea exclusiva de las juntas de gobierno de las respectivas universidades, sino que podrá ser asumida también por las propias facultades, escuelas técnicas superiores, institutos de investigación y demás entes universitarios.