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Los directivos de RTVE ignoran sus cuentas, inventado, plantilla, gastos, patrimonio y costes

El Gobierno ha silenciado un informe realizado por un equipo de interventores de Hacienda acerca del funcionamiento de Radiotelevisión Española, en el que se ponen de relieve numerosas irregularidades que pueden ser delito. El informe fue entregado al ministro de Hacienda hace ocho meses y es el resultado de más de medio año de investigaciones de varios interventores y auxiliares del Ministerio de Hacienda, que fueron enviados a Televisión en octubre de 1978, con objeto de verificar el funcionamiento del organismo autónomo Radiotelevisión Española.

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Radiotelevisión Española ha sido capaz de elevar a categoría de normal lo que a nivel de calle y en cualquier empresa u organismo es inusual y escandaloso. En estos términos se expresa un informe sobre este organismo hecho por la Intervención de Hacienda, tras cuya lectura puede concluirse que en Radiotelevisión Española, si usted es productor de un programa, puede disfrutar durante años, fondos sin justificar por valor de millones de pesetas. Puede quedarse con las filmaciones y grabaciones sin que a casi nadie en la casa le parezca anormal. Puede pagar a los artistas que contrate en especie, en vestidos, por ejemplo, para evitarles impuestos. Puede gastar millones de pesetas en comidas y alquileres de coches.Estas son algunas de las conclusiones más aparatosas, aunque no más importantes, del informe preparado hace menos de un año por un equipo inspector de interventores de Hacienda, que realizaron en Prado del Rey durante seis meses un trabajo, más de detectives que de auditores, y en el que encontraron todo tipo de obstáculo.

El informe tiene como característica poco habitual en este tipo de documentos un notable sentido del humor. Permanentemente tiene que enjuiciar y exponer por presunciones, ya que no existen datos fiables en Radiotelevisión ni sobre las cuentas, ni sobre los gastos, ni sobre las compras, ni sobre el patrimonio, ni sobre la plantilla.

Acerca de las compras de RTVE el informe dice: «La situación propicia la despreocupación por los precios y serias sospechas de inmoralidad. Decimos sospechas porque hay personas de la casa que confiesan haber recibido ofertas de comisiones de proveedores. Naturalmente, si alguien las aceptó, no lo confiesa. Sí podemos asegurar que, dada la dispersión y desorganización de las compras, se dan las condiciones ideales para prácticas fraudulentas.»

Un resumen de afirmaciones tajantes del informe nos proporciona el siguiente rosario de conclusiones redactadas de forma prácticamente textual incluso en lo no entrecomillado:

Las cuentas

En Radiotelevisión Española hay abundante y hasta excesiva información contable, pero no puede hablarse de la existencia de un sistema auténtico de información contable. Es imposible elaborar un balance, estados de pérdidas y ganancias ni los demás estados que el plan contable denomina cuentas anuales.

En Radiotelevisión Española no existe concepto de coste, aunque se manejen cada año miles de millones de pesetas del Tesoro. Sólo puede hablarse del concepto de pago y de gasto. Estos gastos y pagos se producen mientras haya dinero o el proveedor pueda aguantar el retraso para cargarlo a presupuestos posteriores.

En Radiotelevisión Española se desconoce el concepto de amortización o renovación. Nadie tiene normas sobre cómo se declara obsoleto o inútil un bien de la casa

En Radiotelevisión Española no hay un control del gasto que merezca tal nombre ni, de hecho, se sabe quién gasta, por qué gasta y cuánto gasta realmente.

En Radiotelevisión Española no hay control de deudores, de forma que los clientes, con la excepción quizá del departamento de publicidad, que tiene sus cuentas más integradas y organizadas, puedar pasar años sin liquidar sus compromisos.

En Radiotelevisión Española no hay inventario. No se sabe cuál es el patrimonio material e inmaterial de la casa.

En Radiotelevisión Española, según señala el informe a lo largo de sus páginas, no existe contabilidad patrimonial, ni inventario, ni control de la depreciación de los bienes, ni estudio de rentabilidad sobre los mismos. Desde el punto de vista organizativo, ni están reguladas las relaciones entre los diversos y confusos órganos centrales periféricos, de producción, de emisión o de control.

En Radiotelevisión Española no existe plan de inversiones, y lo más parecido a él se preparó para el cuatrienio 1979-1983 y se incumplió en el primer trimestre de 1979 de forma flagrante. Este plan parcial, además, se refiere sólo a algunos aspectos del gasto, que no inversión, de la casa.

En Radiotelevisión Española lo frecuente son las prácticas heterodoxas en la adquisición de material, equipos y bienes, y lo excepcional son las contrataciones regulares con concursos abiertos y adjudicaciones «limpias».

El personal y las retribuciones

En Radiotelevisión Española no hay certeza sobre el número de trabajadores que componen su plantilla (parece que son algo más de 8.500, con un aumento del 23% en dos años). El crecimiento de la nómina en número de titulares tiene carácter espontáneo y puede estimularse desde los niveles más bajos por el mecanismo del contratado, que con el paso de los meses pasa a fijo con sentencia favorable de la Magistratura.

En Radiotelevisión Española no hay una plantilla orgánica. Existen puestos sin función, áreas con gran exceso de personal, otras con menos del mínimo, subempleo, jornadas de trabajo que baten récords mundiales por su corta duración... Todo este desbarajuste de personal puede resumirse en esta frase del informe que revela la impotencia para el análisis: «¿Qué juicio merecería una empresa cuya contabilidad se encargase a peritos agrícolas, donde los contables hicieran los trabajos de fresa y los fresadores hicieran el reparto de los pedidos? Pues bien, en Radiotelevisíón Española hay auxiliares de programación presentando programas, redactores que realizan programas, realizadores que presentan, conserjes que filman reportajes y hasta locutores de radio que pasan por ejercer sus tareas ante las cámaras si se les asigna este plus que capacita para todo.» Y podríamos añadir que hay ayudantes de camareros que hacen de redactores y redactores que no hacen nada, ni siquiera pisar un edificio de la casa.

En Radiotelevisión Española. por sucesivas situaciones de hecho producidas durante la etapa de Rafael Ansón como director general, se ha conseguido un reconocimiento de facto de la jornada de 35 horas semanales, que representan 1.605 horas anuales, según consta

(Pasa a página 42.)

Los directivos de RTVE ignoran sus cuentas, inventario, plantilla

(Viene de página 41)

ta el informe, y que en muchos casos puede reducirse a nada. Junto a esto se ha conseguido un importante gasto, no podemos decir coste, por horas extras, por trabajos en festivo y por otros muchos conceptos cuya relación es una pista interesante para analizar la picaresca laboral. Todas estas condiciones se han establecido además sin que exista un control que merezca tal nombre sobre su cumplimiento, que queda al arbitrio de la conciencia o estado de ánimo de cada empleado. El informe, a lo largo de sus páginas, destaca en diversas ocasiones la responsabilidad y seriedad en el trabajo de muchos trabajadores y mandos intermedios de la casa y dedica siempre sus críticas y comentarios más sardónicos a la dirección, que ha conseguido establecer un sistema en el cual lo más fácil es no trabajar y cobrar.

En Radiotelevisión Española el esquema de retribuciones del personal definido en la ordenanza se ha ido complicando de forma que constituye un galimatías de dificil comprensión con abundancia de conceptos del tipo de «gratificación de mando, especial responsabilidad, plus de permanencia, plus de diferencia de nivel, gratificación de secretaría e idiomas, retribución de corresponsalía en el exterior, paga extra de octubre, complemento familiar voluntario, ayuda escolar, gratificación de vivienda, gratificación de vestuario, gratificación.compensatoria de libranza, plus de programa, complemento de destino orgánico y asimilado ... ». Todo esto se añade al salario inicial: antigüedad, pagas extras, plus de puesto de trabajo, con los conceptos de nocturnidad, peligrosidad, toxicidad, penosidad y otros...

En Radiotelevisión Española, y pese a ser un organismo autónomo con personalidad jurídica y patrimonio propio, desde 1977 aún no se ha delimitado cuál es el patrimonio, tanto material (edificios, terrenos, equipos, etcétera) como inmaterial (propiedad intelectual, marcas, derechos ... ). El absoluto descontrol presupuestario y dé inversión produce situaciones como la siguiente que relata el informe: «Hay casos como el de estar pagando quinientas pesetas diarias, es decir, 172.500 al año por el alquiler de un equipo de flash cuyo coste es de 130.000 pesetas en el mercado, el del alquiler de un micro direccional, también por quinientas pesetas al día, que en la tienda vale 140.000 pesetas y que puede adquirirse en un proveedor por 90.000 pesetas, según oferta hecha al jefe de compra de un organismo oficial. »

En Radiotelevisión Española no existe concepto de reposición. Sobre este tema puede resumirse la situación con este párrafo insólito en cualquier auditoría normal: «Las reposiciones, en muchos casos, están subordinadas a consideraciones ajenas a la gestión. Los órganos encargados de redactar proyectos o tramitar expediente de adquisición reciben órdenes en muchos casos incongruentes por la escasa planificación existente en RTVE, órdenes que no nos atrevemos a llamar claramente políticas por falta de pruebas concluyentes, pero está claro que nada tienen que ver con la gestión correcta del servicio público desempeñado por RTVE. Podernos concluir que la política de reposiciones es casuística y poco tecnificada.» Y añade más adelante el informe: «¿Quién decide en RTVE una inversión?, ¿en base a qué criterios? A la primera pregunta podría contestarse que, según las épocas, al parecer, han sido la Comisión Ejecutiva o la Junta de Inversiones los órganos colegiados que decidían. A la segunda pregunta no es posible contestar por falta de información.»

Los almacenes y los almacenillos

En Radiotelevisión Española no está organizada la función de almacenaje. Dice el informe: «Existen en RTVE almacenes. Muchos almacenes. Pero puede asegurarse que nadie conoce el número exacto ni su situación. La característica más acusada del almacenaje en RTVE es su total anarquía.» Y añade: «Esto no quita que existan almacenes organizados con responsables que son verdaderos profesionales.» El informe habla de decenas de almacenes, y también eleva a categoría la existencia de «almacenillos» que cada ente de la casa va creando por su cuenta.

En Radiotelevisión Española no puede hablarse de un archivo serio de temas como la documentación filmada propia de la casa. Afirma el informe: «La propiedad más preciada de RTVE, su propia producción intelectual, está inadecuadamente controlada y es utilizada en muchos casos para bienes particulares.» Por ejemplo, todos los programas de El hombre y la Tierra, documentos valiosos y costosos, están fuera del control de los responsables de la filmoteca. Las filmaciones de España, siglo XX, de gran valor histórico, están, al parecer, almacenadas en otro organismo. Añade el informe: «Existe el caso de directores, productores o realizadores que consideran que las filmaciones de sus programas son propiedad privada y llegan a negarse rotundamente a devolverlas. Los casos son numerosos. Se cita como más destacado el caso de Tico Medina.» Como buen número de filmaciones y sonorizaciones tienen que hacerse fuera de RTVE, se da el caso grave de que no se conoce cuántas y cuáles filmaciones propiedad de RTVE están en poder de laboratorios particulares.

En Radiotelevisión Española el almacén de vestuario, entre otros, está prácticamente fuera de control y se produce el hecho de que ropas adquiridas por programas cancelados siguen en manos de los responsables de los mismos sin que se haya producido su devolución. El informe habla del eufemismo de los llamados «depósitos personales» que se utiliza para enmascarar «apropiaciones indebidas» que podrían ser delitos.

En Radiotelevisión Española la compra o adquisición por concurso típica en toda la Administración y organismos públicos es lo excepcional frente a habituales compras por contratación directa, Además, dice el informe, «se ha comprobado que los precios pagados por RTVE están en promedio un 10% por encima de los normales del mercado. Este porcentaje sería muy superior si los precios se compararan con los que podrían obtenerse si hubiera una adecuada gestión de compras con proveedores».

De forma casual y accidental, se descubrió que en la compra de algunos equipos se ha llegado a pagar un recargo de hasta el 91,32% sobre los precios del mercado sin causas justificadas. Para el reacondicionamiento de las cabezas de video y audio -operación básica de mantenimiento de equipos fundamentales- se pagó durante años un precio un 40% superior al que ofrecían los mismos contratistas en otros casos, porcentaje al que habría que añadir las comisiones de los intermediarios.

En Radiotelevisión Española no es posible realizar una auditoría de los gastos que suelen hacerse por inercia o capricho y mientras haya dinero. Dice el informe: «Existen servicios que reconocen, sin reservas, que realizan gastos sin límite alguno y piden a los proveedores facturas sin fecha ara ponerlas en circulación cuando se pueda.» Un detalle anecdótico, pero significativo, es el siguiente: hasta octubre de 1978 se distribuían diariamente en RTVE 1.589 periódicos. Un recorte practicado en ese momento los dejó reducidos a 502. Se ignoran las cifras actuales.

En Radiotelevisión Española no existe control ni información sobre la magnitud de los gastas más corrientes de oficina de transporte, de obras y reparaciones y de otros servicios similares.

La producción

En Radiotelevisión Española, dice el informe, «no existe planificación ni a medio ni a largo plazo, y de esta carencia se derivan consecuencias graves, como son la imposibilidad de elaborar planes de producción, de utilización de medios y de identificación de responsabilidades». Las emisiones se programan cada tres meses, y sólo para el trimestre siguiente, con lo cual los planes de producción de programas no tienen apenas virtualidad. Los guiones suelen aparecer poco antes de la fecha de emisión, con lo que todo tiene que hacerse deprisa y corriendo.

En Radiotelevisión Española, aunque se afirma que existe un registro de proyectos, es decir, un índice de propuestas o ideas presentados, no ha sido posible para la auditoría verificar la existencia real del mismo. No ha sido posible tampoco verificar el stock de guiones, su fecha de entrada y propuesta, los mecanismos de aprobación y pago, y finalmente, su puesta en práctica y emisión definitiva.

En Radiotelevisión Española cuestan más del doble los doblajes de los telefilmes convencionales de una hora que su propia adquisición. Los doblajes se hacen en alguna de las diecisiete empresas dedicadas a ello, que han sido capaces, según el informe, de constituir un oligopolio eficiente a la hora de fijar los precios.

En Radiotelevisión Española es posible firmar contratos de producción con posterioridad a que el programa esté hecho, o suscribirlos sin fecha. Se producen casos curiosos, corno el siguiente: la serie La Barraca costó a RTVE nueve millones de pesetas por capítulo; en total, 81 millones de. pesetas. Sin embargo, una serie similar emitida anteriormente, Cañas y barro, de la misma productora y con costes muy similares, aunque menores por su anterioridad, costó a RTVE por capítulo 11,2 millones de pesetas.

En Radiotelevisión Española es frecuente que se contrate a productores privados más o menos ocasionales que nacen y mueren para ese programa con el único objetivo aparente que garantizar derechos de propiedad a particulares, que en algunos casos son a la vez empleados de RTVE. Por ejemplo, el programa titulado Un mito llamado..., ya emitido, se contrató en marzo de 1977 a una sociedad, Filmes 77, creada dos meses antes y presidida por el director, realizador y guionista del programa, Juan Guerrero Zamora. El señor Guerrero cobró aparte, como guionista, 60.000 pesetas por programa, dice el informe, e impuso como protagonista de los diez episodios a Nuria Torray.

En Radiotelevisión Española es posible que María Antonia Abad Fernández, más conocida por Sarita Montiel, fuera contratada verbalmente para el programa 300 millones por 200.000 pesetas, que fueron abonadas en vestuario y arreglos musicales para evitar el embargo que estaba impuesto por la Recaudación de Hacienda de La Latina, de Madrid. Asimismo, es posible que se produzca la venta de bienes sin capacidad para ello, como es el caso de los vehículos utilizados para filmar el programa La segunda oportunidad, que fueron adquiridos por el productor y director del programa, Paco Costas, y aplicados a la cancelación de anticipos del productor, aunque posteriormente, por la actuación del equipo interventor de Hacienda, se aplicaron a la cuenta de ingresos de RTVE.

Un párrafo curioso del informe señala lo siguiente: «A la vista de algunos contratos, pudiera pensarse que RTVE contrata al artista desnudo -hecho que no se especifica en ninguna cláusula del contrato- y posteriormente los viste. Tal es el caso de Marujita Díaz, que percibió 75.000 pesetas por el concepto de vestuario al margen de las 109.890 correspondientes a su actuación en el programa Cantares. »

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