Las nuevas autoridades afganas reestructuran el Ejército
Las nuevas autoridades afganas, asesoradas por consejeros soviéticos, han emprendido una reestructuración del Ejército nacional de Afganistán, coincidiendo con el anuncio de la expulsión de todos los periodistas norteamericanos del país.
Los periodistas norteamericanos en Kabul están recluidos en el hotel Intercontinental de la capital afgana desde anteayer por la noche y les ha sido comunicado oficialmente que tendrán que abandonar el país antes del mediodía de hoy. Se les acusa de «injerencia en los asunto internos del país y calumnias al actual régimen afgano». Por otra parte, aunque la situación en el país parece estabilizada, en la mañana de ayer se escucharon tiroteos durante varias horas desde la capital y continúan llegando refuerzos aéreos soviéticos.En la mañana del jueves, en presencia del cónsul norteamericano, un representante del Ministerio del Interior afgano comunicó a todos los periodista norteamericanos que deberían abandonar Afganistán, en las próximas veinticuatro horas. A preguntas de los compañeros se les indicó que eran considerados personas no gratas a la revolución afgana y se les acusaba de injerencia en los asuntos internos del país y de calumniar al actual régimen. Interrogado sobre dónde estaba la orden escrita por la que se les expulsaba del país, el representante oficial terminó la entrevista diciendo: «Lo digo yo, y basta.»
Han sido numerosos los incidentes surgidos estos días en Kabul con los periodistas occidentales. Cualquier intento de fotografiar en las calles soldados o vehículos militares era evitado a veces por la fuerza, y en otras ocasiones con la retención durante horas en oficinas militares, y se ha llegado a disparar contra ruedas de un taxi cuando dos corresponsales intentaban fotografiar desde el interior del vehículo.
Ayer se volvieron a escuchar disparos por espacio de una hora, a media mañana, en las proximidades de la capital. El movimiento de aviones de transporte y tropas soviéticas parece que continúa y que aumenta. El aeropuerto manitene una constante actividad en la que no se pretende ocultar la numerosa presencia de los soldados soviéticos.
En las semanas transcurridas se ha procedido a un despliegue general de tropas por todo el país. Desde la capital sólo se puede llegar a veinte kilómetros, donde controles militares impiden continuar a cualquier otra ciudad. Sin embargo, en esos kilómetros de libertad pueden verse los soldados en las zonas montañosas y en las trincheras a lo largo del camino.
Tras la reestructuración iniciada por las autoridades de Kabul no se ven por las calles de la ciudad soldados de paseo. La tropa ha sido de nuevo acuartelada.
Por otra parte, los cuarteles del Ejército afgano están siendo de nuevo vigilados por centinelas afganos equipados con armas automáticas.
La prensa de la URSS, por su parte, desmintió nuevamente ayer el acercamiento de las tropas soviéticas a la frontera iraní y acusó a los servicios secretos de EEUU y Gran Bretaña de fomentar en Pakistán la creación de un frente unido de los «rebeldes» afganos.
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