Se crea una coordinadora nacional de la izquierda salvadoreña

«Los militares fascistas de nuestros país, cuyos máximos representantes son los coroneles Iraeta y Alvarenga, sostienen la teoría de que es preciso eliminar a 500.000 personas para conseguir, la pacificación de El Salvador», aseguraron dirigentes de organizaciones políticas de dicho país. Miembros del Bloque Populal Revolucionario (BPR), del Partido Comunista, del Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) y de las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28) anunciaron en la capital mexicana el proceso de unificación de partidos revolucionarios mediante la creación de una Coordinadora Nacional que agrupa a cinco grandes formaciones izquierdistas salvadoreñas.

De la misma forma que las organizaciones guerrilleras hicieron saber el jueves que habían llegado a un acuerdo para unir sus acciones y esfuerzos para la insurrección armada, a través de una «coordinadora revolucionaria», los representantes de las más importantes coaliciones de izquierda manifestaron que la Coordinadora Nacional es un paso vital para resolver la crisis salvadoreña en el sentido de las necesidades del pueblo.Aunque no exista aún un programa definido la Coordinadora -en la que se integran el FAPU, las LP-28, el BPR, el Movimiento de Liberación Popular (MLP) y la Unión Democrática Nacionalista, UDN- estudia diversas acciones para demostrar la unidad del movimiento revolucionario. El próximo día 22 organizará, en la plaza central de San Salvador, una manifestación, a la que esperan la concurrencia de más de 100.000 personas.

Los dirigentes de la Coordinadora Nacional denunciaron el fracaso de la experiencia reformista iniciada el 15 de octubre del pasado año, con el derrocamiento del general Carlos Humberto Romero. Según Augusto Cotto, del FAPU, cada día es más claro el desplazamiento de las áreas de decisión de los escasos oficiales progresistas agrupados en lo que se conoce como «juventud militar», en beneficio de los coroneles ligados al a la derecha de la Democracia Cristiana y asesorados por Estados Unidos.

«La Junta de Gobierno» señaló Cotto, «no tiene poder real y las decisiones importantes surgen del todopoderoso ministro de Defensa, José Guillermo García. Bajo sus órdenes, las fuerzas de seguridad que en época de Romero. De los seiscientos muertos habidos en 1979 en acciones represivas, más de la mitad se produjeron después del 15 de octubre.»

Los responsables de la Coordinadora Nacional denunciaron el paulatino proceso de derechización de la Junta de Gobierno y la existencia de una guerra práctica entre el pueblo y los fascistas.