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Tensión contenida en el entierro del jefe de los miñones, en Vitoria

A las 18.30 de ayer, el féretro que contenía los restos del comandante de Caballería Jesús María Velasco Zuazola, jefe de los miñones (policía autónoma foral), asesinado en la mañana del jueves, eran depositados en el panteón familiar, situado en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria. El entierro se había iniciado a las cinco de la tarde con asistencia del ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, que había llegado a Vitoria en helicóptero alas 16.30 horas.También estuvo presente el capitán general de la sexta región, Luis Alvarez Rodríguez. Sin embargo, se notó la ausencia en los actos del presidente de la Diputación Foral, Emilio Guevara, y de los diputados del PNV, aunque, posteriormente, el presidente declararía que se había interpretado el acto de ayer como de carácter familiar, por lo que se había decidido la asistencia corporativa al funeral que tendrá lugar hoy a las dieciocho horas, en la catedral de María Inmaculada, de esta ciudad.

El transcurso del funeral de ayer, aparte de las ausencias citadas, estuvo rodeado de notable tensión contenida que se desbordó cuando, una vez realizada la exhumación, la viuda del jefe del cuerpo de la policía autónoma alavesa, miñones, Ana Vidal Abarca, se encaramó a un paramento del panteón familiar, lanzando gritos de « ¡Viva España! », que fueron contestados con gritos de «¡Muera ETA!», «ETA asesina».

Momentos después, el ministro de Defensa y el capitán general salían del cementerio, mientras su escolta se quedaba rezagada al ser bloqueada por las mil personas que se habían sumado al acto. Cuando las citadas autoridades se habían introducido en sus vehículos, varios grupos de personas les rodearon, llegando a zarandear el de Rodríguez Sahagún, mientras gritaban: «Contad en Madrid cómo. se muere por España en Euskadí.»

Hasta la hora del funeral, la actividad en Vitoria fue normal, aunque los efectos de los hechos ocurridos la víspera se apreciaban, sobre todo, en las dependencias donde se encontraba la capilla ardiente. Durante la noche, en la fachada contigua al lugar del atentado, alguien había hecho una pintada que decía: «Plaza del comandante Velasco». El lugar de los hechos se encuentra dentro de una plaza que se denomina de Lovaina. La citada pintada se ha hecho sobre otra más antigua que dice: «Para Navidad, los presos a casa.»

Hasta la una de la madrugada desfilaron personas por la capilla ardiente instalada en la Diputación, y durante toda la noche miñones, policías municipales y oficiales y suboficiales del Ejército se turnaron para velar el féretro. Por la mañana tuvo lugar una misa corpore insepulto, organizada por los funcionarios provinciales de Alava, y media hora antes del funeral se llevó a cabo otra a instancias del Gobierno militar de Alava.

Cuando el ministro de Defensa se presentó en el palacio de la Diputación Foral, se notó la ausencia del diputado general o presidente de la Diputación Foral. Sería más tarde, minutos antes de que saliera el cortejo, cuando Emilio Guevara se entrevistó brevemente con Rodríguez Sahagún. El ministro había esperado a este encuentro en una sala contigua a la capilla ardiente, donde permaneció hablando con el diputado centrista Jesús María Viana.

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El cortejo era abierto por el féretro, llevado a hombros por miñones y militares. A continuación, iban las autoridades, familiares y el resto de los acompañantes. Durante el recorrido hasta el cementerio, hoy día no lejano del centro de Vitoria, y que transcurre por lugares céntricos, la tensión era palpable, oyéndose gritos contenidos referentes a ETA, y llantos de una de las hijas del fallecido.

Hoy, a las cuatro y media de la tarde se reunirán en Vitoria las juntas generales de Alava para tomar un acuerdo reprobatorio del atentado. A la misma hora, los partidos de izquierda parlamentaria han convocado una concentración en la plaza de la provincia (ante el edificio de la Diputación). Posteriormente, los concentrados piensan ir en manifestación hasta la catedral, para asistir al funeral, que comienza a las seis de la tarde. Se espera que a este acto acuda la Corporación provincial en pleno, y se cree que el CGV, presidido por su presidente, Carlos Garaikoetxea.

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