Versión teatral de "La noche de Molly Bloom", último capítulo del "Ulises", de Joyce
El grupo Teatro Fronterizo, de Barcelona, se presenta hoy en Madrid, en la sala del Centro Cultural de la Villa de Madrid, con la obra La noche de Molly Bloom, adaptación del último capítulo de la novela Ulises, de Jarnes Joyce, interpretada por Magüi Mira y Manuel Dueso, con dramaturgia y dirección de José Sanchís Sinisterra. En principio, la obra se representará hasta el próximo día 20.
El Teatro Fronterizo, creado en 1977, que ha montado La leyenda de Gilgamesh e Historias de tiempos revueltos, sobre textos de Brecht, se propone convertirse en un lugar de investigación y creación, «una zona abierta y franqueable para todos aquellos profesionales del teatro que se plantean su trabajo desde una perspectiva crítica», así como «revisar y cuestionar a través de la práctica los componenetes de la teatralidad, investigar sus manifestaciones en dominios distintos al teatro, en tradiciones aienas al discurso estético de la ideología dominante, en zonas fronterizas del arte y de la cultura».El texto básico de la obra es un extenso monólogo interior en el que una mujer. Marion (Molly) Bloom deja fluir libremente sus pensamientos más íntimos en el transcurso de una noche de insomnio. En este discurso ininterrumpido, que en el original de Ulises ocupa sesenta páginas sin ningún signo de puntuación. pasa revista a su pequeño entorno vital, se recrea en sus recuerdos, formula sus deseos y esperanzas y expresa sus sentimientos y opiniones. La frustración, la resignación insatisfecha ante una realidad humana desencantada. se entrelazan con el vitalismo, la sensualidad y la libertad interior de esta mujer dublinesa uno de los personajes más comple jo y fascinante de la literatura universal.
«Nuestra versión» declara u portavoz del grupo «es sensible mente diferente del original. del cual conserva los temas y los subtemas fundamentales la libertad expresiva, el realismo a menudo impúdico el humor la intención crítica, el ocasional lirismo. las paradojas y contradicciones del personaje y, sobre todo, ese caótico discurrir del pensamiento que se resiste a cualquier intento de sistematización. La noche de Molly Bloom renuncia al argumento a la intriga, a la fábula. La propia acción es sustituida por una sucesión de acciones. de actos, de gestos, cuyo dinamismo no viene determinado por el clásico encadenamiento de deseos y obstáculos, por la dialéctica del conflicto. La acción teatral se convierte en un cuerpo y una voz de mujer, el vago bulto de un hombre durmiente, un fragmento de habitación y algunos efectos especiales. La tarea constituye una enorme traición, resultado de una serie de infidelidades.»
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