Según Carter , la invasión de Afganistán es el mayor peligro para la paz desde la segunda guerra mundial
«La invasión soviética de Afganistán es la amenaza más grande para la paz, después de la segunda guerra mundial», declaró en Washington el presidente Jimmy Carter ante un grupo de ochenta miembros del Congreso de Estados Unidos. Carter añadió que no esperaba qe ninguna de las sanciones tomadas la semana pasada contra la Unión Soviética (embargo de grano, cancelación de oficinas consulares, limitación de presencia de barcos de pesca rusos en aguas norteamericanas, acompañadas desde ayer de un boicot portuario en 44 puertos de EEUU) contribuyera a una retirada de las tropas rusas en Afganistán. «Pero es importante que Moscú sepa que acciones de tal tipo tendrán consecuencias», agregó el presidente de Estados Unidos.
En relación con los cincuenta rehenes de la embajada de EEUU en Teherán, que inician su 67 día de detención, Carter afirmó que el ayatollah Jomeini no controla la situación, centrada en manos de «estudiantes marxistas», cuyo único objetivo es mantener el caos en Irán. Carter advirtió a los iraníes que, en vez de continuar con la detención de los rehenes norteamericanos, mejor harían en vigilar la amenaza militar soviética que pesa sobre Irán y Pakistán.A nivel estratégico, Estados Unidos pone en marcha un cambio de orientación en su sistema militar en la zona de Oriente Próximo. Se anuncia en Washington la próxima visita del ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, con objeto de incrementar las ventas de material bélico norteamericano a Pakistán. Hodding Carter, portavoz del Departamento de Estado, aludió también a la importancia de «las facilidades» que ofrece Egipto a los aviones norteamericanos. Se refirió, al mismo tiempo, a la inminente firma en Ankara de un acuerdo de cooperación económica y militar entre Estados Unidos y Turquía. Las relaciones entre Washington y Ankara dan así un giro importante, al renovar el envío de armas a los turcos, junto con la concesión de ayuda financiera que contribuya a superar la grave crisis económica turca. La política proturca de Washington, impuesta por los acontecimientos en Irán y Afganistán, puede levantar críticas por parte de Grecia.
Washington practicó un embargo de material militar a Turquía después de la intervención turca en la isla de Chipre, en julio de 1974 Estados Unidos concederá un total de 250 millones de dólares a Ankara, integrados dentro del programa global de ayuda, de unos 1.400 millones de dólares, que las cuatro potencias occidentales (EEUU, RFA, Francia y Gran Bretaña) participantes en la cumbre de Guadalupe, en enero de 1979, prometieron a Turquía. En contrapartida el Ejército norteamericano utilizará las bases para sus aviones y contribuirá al programa de modernización del Ejército turco.
Militares de EEUU en Egipto
En cuanto a la presencia de aviones norteamericanos en territorio egipcio, el portavoz del Departamento de Estado negó que existan negociaciones con El Cairo para la instalación de bases. Insistió que sólo se trata de «utilizar las facilidades» egipcias, que en ningún caso modifican el contenido de los acuerdos de paz egipcio-israelíes de Camp David. Sin embargo, la prensa norteamericana citó la presencia en Egipto, desde hace tres semanas, de trescientas personas de las fuerzas aéreas estadounidenses, con un material supersofisticado, entre el que destaca la nueva generación de aviones Boeing 707, dotados con el sistema de control de radar AWACS, que permite la localización en un gran radio de acción de objetos voladores a baja altura, cuya detección escapa a los radares convencionales.
La ironía de la historia recuerda que tal tipo de aviones, de los que se dotará la OTAN a partir de 1981, habían sido encargados en época del sha para la defensa de Irán. Washington destinará un programa militar de ayuda a Egipto de unos 3.000 millones de dólares, según el diario New York Times.
Dentro de la trilogía estratégica norteamericana, que incluye a Pakistán, Turquía y Egipto, no entra la cooperación militar de Estados Unidos con China Popular, a pesar de la oferta del premier chino, Den Xiaoping, al secretario de Estado norteamericano, Harold Brown. Washington limitará su colaboración con China a la venta de una estación terrestre para recibir informaciones del satélite Landsat Earth Resources, que facilite detalles sobre exploración agrícola en general, pero también, si es necesario, sobre aspectos militares.
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