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La crisis en Asia central

Estados Unidos bloquea la venta de 17 millones de toneladas de cereales a la Unión Soviética

El presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, anunció anoche, en un discurso televisado, una serie de medidas contra la URSS, como réplica a la intervención de tropas soviéticas en Afganistán, hecho calificado por Carter de «violación evidente de la ley internacional y de la Carta de las Naciones Unidas». Un embargo sobre las ventas de trigo norteamericano a la URSS, la congelación de varios proyectos de intercambios de oficinas consulares, la reducción del acceso de buques de pesca soviéticos a aguas nor teamericanas y el retraso de la ratificación por el Senado de Esta dos Unidos del tratado SALT II, sobre limitación de armamento nuclear, son las principales medidas de oposición a la política de «expansionismo» de Moscú en la actual «zona caliente» del globo.

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Sin represalias

Washington decide eliminar, a su vez, las restricciones para la venta de armas a Pakistán, originadas por las diferencias en torno a la política nuclear de Islamabad, y renovará el envío de material bélico al régimen paquistaní. Las decisiones de Carter suponen un bloqueo al envío de diecisiete millones de toneladas de grano destinado a las reservas soviéticas de alimentos. Se suspende también la venta de material de alta tecnología., como los ordenadores. Lanza la advertencia de retirarse de los Juegos Olímpicos de Moscú, en el verano de 1980, si la Unión Soviética, a través de sus actitudes «agresivas», representa un peligro para los atletas y el público norteamericano. Los intercambios culturales previstos en los acuerdos EEUU-URSS quedarán también reducidos.Para remediar el impacto que supondrá para los agricultores norteamericanos el embargo de trigo a la Unión Soviética, la Administración Carter proyecta gastar tres billones de dólares durante 1981. El programa de venta de trigo americano a la URSS para el año en curso era de veinticinco millones de toneladas, de las cuales sólo ocho millones llegarán normalmente a su destino.

Parte del grano destinado a la URSS será comprado por el Gobierno de Estados Unidos, que lo dedicará a la ayuda alimenticia a los países más necesitados. Otros productos agrícolas derivados de la soja serán también objeto de embargo. Washington cuenta con el apoyo formal de otros países exportadores de trigo (Australia y Canadá, en particular) de que no aprovecharán el vacío creado por el embargo norteamericano para incrementar sus ventas a la URSS.

Por otra parte, la opinión pública norteamericana sigue pendiente de la situación de los cincuenta rehenes detenidos en la embajada de Estados Unidos en Teherán. Se cumplió ayer el 64 día de detención sin que se vislumbre una solución rápida del problema, a pesar del viaje del secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, a la capital iraní, sin que el ayatollah Jomeini accediera a entrevistarse con el máximo responsable de la ONU. Todo ello incide en la campaña electoral para la presidencia de Estados Unidos. Jimmy Carter se «excusa» de no poder asistir mañana, lunes, al primer gran debate televisado entre los candidatos a la Casa Blanca, organizado por el periódico local Des Moines, en el estado de lowa. La situación en Irán y los acontecimientos en Afganistán colocan en un segundo plano de la actualidad los pormenores de una batalla electoral entre Carter y Kennedy por la nominación del candidato demócrata a la presidencia de la nación. La popularidad de Carter ha dado un giro total en los últimos meses, invirtiendo los porcentajes a su favor. El último sondeo favorece a Carter con un 58% de las personas encuestadas, contra 38% para Kennedy.

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