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Aprobados los tres primeros artículos del proyecto de ley del Consejo de Seguridad Nuclear

El Pleno del Congreso ocupó la sesión matinal en el debate y aprobación de los tres primeros artículos del proyecto de ley de creación del Consejo de Seguridad Nuclear.Ramón Tamames, en nombre de los comunistas, intervino a lo largo de la mañana para defender las enmiendas de su grupo. Se opuso a la redacción del artículo primero, por entender que el Consejo de Seguridad Nuclear debiera ser un auténtico órgano regulador y, además, que el estatuto que haya de regularlo sea elaborado por las Cortes y no por decreto del Gobierno.

Pedro Silva, en nombre de los socialistas, defendió la posibilidad de que el estuto regulador del Consejo fuese conocido por la Comisión de Industria y Energía del Congreso antes de su aprobación definitiva por el Gobierno, de forma que pudiera ponerse en marcha alguna iniciativa que condicionase la decisión del ejecutivo.

Gari Mir, en nombre de los centristas, explicó que no existían en el derecho comparado ningún órgano regulador de la energía nuclear tal y como lo. entiende el Grupo Comunista. Las enmiendas fueron rechazadas.

El artículo dos, que establece las funciones del Consejo, fue objeto de un extensísimo debate, que alcanzó a casi la totalidad de la docena de apartados que contiene. Tamames comenzó por pedir que el Consejo pudiera decidir sobre emplazamientos de las instalaciones nucleares y que las comunidades autónomas pudieran oponerse a la construcción de aquéllas en su territorio. Juan María Bandrés, en la misma línea, expresó su sorpresa porque los grupos nacionalistas se sintieran satisfechos con la redacción del proyecto.

Martín Oviedo, en nombre de UCD, replicó que el PCE presupone que el Consejo aceptará presiones externas y que ello es, por lo menos, vejatorio para sus miembros.

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Dependencia del Gobierno

Javier Solana pretendió más tarde que el Consejo no dependiese sólo directamente del Ministerio de Industria, sino del Gobierno, para dotar al órgano de la máxima categoría. En otro de los apartados se aceptó una enmienda transaccional con respecto a otra de la Minoría Catalana, que extiende la necesidad de dar publicidad a las actuaciones del Consejo.

También el socialista Solana intentó, esta vez sin éxito, que el Consejo coordinase todas las investigaciones que se lleven a cabo en materia de seguridad nuclear y, por fin, en el artículo tercero, Marcos Vizcaya defendió el dictamen de la Comisión frente a una enmienda de Tamames, que pretendía que los expedientes para conceder autorización de instalaciones nucleares no dependiesen del Ministerio de Industria, sino del Consejo. Vizcaya argumentó que las comunidades autónomas tenían competencias suficientes en esta materia y que la enmienda comunista era regresiva respecto al texto del proyecto, que definitivamente quedó aprobado.

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