Economizar energía

Basta ya de tanto eslogan estúpido y malintencionado para ahorrar energía cuando el Gobierno, que es quien debe ejemplarizar la economía. no hace otra cosa que escandalizarse por la factura de los 700.000 millones de pesetas de¡ próximo año (si no sobrevienen nuevas subidas), que no podremos contraprestar, si no nos sumimos más y más en el endeudamiento e inflación, que, por otra parte, no pueden ser eternos, entre otras causas porque los créditos y los incrementos de precios hay que liquidarlos, so pena de abocar en bancarrota.Debemos, decididamente, apretarnos el cinturón, y el señor Bustelo, con la aquiescencia de todo el Gobierno, imponer de inmediato un racionamiento indispensable en estos o parecidos términos:

1. Suspender la TV a las 10.30 noche. Ello equivaldría a dar luz a una población como Valencia.

2. Obligar y ejercer control de que las calefacciones domésticas y públicas no sean encendidas en días de sol, hasta el mediodía, y con un volumen máximo de 20º hasta las 20 horas.

3. Racionar la gasolina con parquedad. Aparte del efecto psicológico y del valor residual del petróleo del 5%, la salud de todos mejoraría. En sustitución, incrementar la flota de servicios colectivos para el obligado desplazamiento de la población.

4. Reconvertir la industria óptimamente para decrecer el consumo. Ello no sería cuestión, sin embargo, de unos pocos meses.

5. Obligar que todas las viviendas sean construidas o modificadas con los máximos aislamientos térmicos.

6. Disminuir, sobre todo en el centro de las poblaciones, la iluminación eléctrica.

7. Suprimir los coches oficiales con cargo al erario, por lo que tiene de estimulante.

8. Orientar coercitivamente para que los ocupantes de los automóviles sean máximos en evitación del despilfarro actual.

9. Incentivar a la juventud y mediana edad la utilización de la bicicleta.

Paralelamente, mientras no tengamos otras alternativas, incrementar la energía nuclear, invertir mucho más en la solar, construir mayores embalses para la energía hidráulica. En suma, estar a caballo al mayor aprovechamiento energético, con mentalidad de no vivir con holgura fingida cuando somos un país pobre.

Madrid