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El Gobierno italiano prepara nuevas para afrontar la crisis

Juan Arias

¿Celebrarán también la Nochebuena los terroristas? Esto se preguntaban los periodistas de la televisión comentando las noticias de estas jornadas, de las pocas «tranquilas» en materia de orden público durante un año, que en Italia ha sido ampliamente dramático y negativo. Pero sí han callado las armas y las bombas estos días, los políticos y el ejecutivo del Gobierno Cossiga han seguido trabajando.

El Gobierno se reunió la víspera de Navidad con los sindicatos y hoy celebrará un coloquio de varias horas con la Confindustria, asociación de empresarios, a la que seguirá una nueva reunión con los responsables de las tres grandes federaciones sindicales e, inmediatamente después, el Gobierno anunciará las primeras disposiciones para afrontar la crisis energética con la ya clásica subida de la gasolina, que es ya la más cara de Europa.Las fuerzas políticas de la oposición, sobre todo los comunistas, junto con los sindicatos están muy preocupados por el «regalo» de Reyes que un Gobierno que está agonizando podrá dar a los italianos en materia económica. Por eso se multiplican las declaraciones políticas sobre la necesidad de un cambio radical en el Gobierno, con la entrada de los comunistas.

Pero precisamente por eso el Partido Comunista, ante la posibilidad de entrar en el Gobierno, está poniendo cada día que pasa condiciones más duras. Enrico Berlinguer, secretario general del PCI, se ha enfadado cuando ha oído decir que «los comunistas aceptarían cualquier compromiso con tal de entrar en el Gobierno». Como respuesta acaba de afirmar que el, Partido Comunista italiano aceptará formar parte del ejecutivo sólo con condiciones muy serias. Y ha hablado de un «programa claro, concreto, con plazos y controles muy precisos». Ha añadido que esto debe ir acompañado de una «acción severa que castigue y reduzca los privilegios, los parasitismos, los lujos, los derroches y la corrupción»

Pero al mismo tiempo, Berlinguer, a algunos democristianos que le pedían que aceptase apoyar desde el exterior un Gobierno con presidencia socialista, ha respondido secamente que en Italia el Partido Comunista o entra en el ejecutivo «con la dignidad que le corresponde a su peso político en el país», o seguirá en la oposición.

Mientras tanto, la producción en 1979 ha crecido el 6%, pero sin que haya disminuido el desempleo. Y los comentarios han sido inmediatos: «El país se mantiene en pie gracias al sacrificio de los trabajadores, que saben arrimar el hombro, y a pesar de la ineptitud de una clase política que no sabe convertir en puestos de trabajo el esfuerzo realizado por la base.»

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