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Holanda ofrece el envío de una brigada a la frontera interalemana a cambio de no instalar los "euromisiles"

Soledad Gallego-Díaz

Holanda podría enviar una brigada completa de su Ejército -unos 5.000 hombres- a la frontera de las dos Alemanias para reforzar así las fuerzas aliadas estacionadas en la República Federal. A cambio, los restantes países miembros de la OTAN «asimilarían» la negativa del Gobierno holandés, presionado por su Parlamento, a que se instalen en su territorio los 48 misiles nucleares Cruise que le corresponderían en el esquema de modernización de las fuerzas nucleares-aliadas.

Esta parece ser la fórmula presentada por el primer ministro holandés, Andries Van Agt, en sus entrevistas con el presidente norteamericano, Jimmy Carter, y con el canciller germano, Helmut Schmidt, para evitar una crisis de Gobierno en su país y seguir manteniendo la apariencia de solidaridad interna en el seno de la OTAN.Se ignora, sin embargo, cuál será la acogida a esta oferta en el seno del Pacto Atlántico. El «eurogrupo" -los ministros de Defensa de los países europeos miembros de la OTAN, a excepción de Francia y Grecia- se reunió ayer en Bruselas como preparación a la gran cumbre que tendrá lugar mañana, miércoles, y en la que los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores de los quince países aliados (incluidos Estados Unidos y Canadá) tomarán una decisión definitiva.

En medios políticos befgas se estima que, de prosperar la «solución holandesa», la OTAN podría recoger también los deseos, expresados por otros países miembros de la misma, de potenciar las negociaciones con la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia. Pero, a través de un «paquete» mucho más amplio que el propuesto por Brejnev, el Pacto Atlántico podría proponer a la URSS la reanudación de las conversaciones de Viena sobre reducción de fuerzas convencionales en la Europa central. La reducción de las armas euroestratégicas en el curso de las SALT III y otros aspectos militares que se podrían dar a conocer en el curso de la conferencia de Madrid.

Para hacer frente a la problemática planteada por Noruega y Dinamarca, así como por algunos partidos miembros de la coalición gubernamental belga -todos los cuales solicitan una prórroga de seis meses antes de decidir la instalación de los nuevos misiles en su territorio, a fin de dar tiempo al inicio de las negociaciones con la Unión Soviética-, la OTAN podría incluir en su comunicado final una referencia a dichas negociaciones y a la «flexibilidad» de la decisión final aliada.

Cinco billones de pesetas en gastos de defensa

El dato más importante facilitado al término de la reunión de ayer es el balance de los gastos de defensa de los países miembros del «eurogrupo» en 1979: 70.000 millones de dólares (unos 4,7 billones de pesetas), es decir, un 40% más que en 1978, en que no se superaron los 50.000 millones de dólares. El portavoz de la reunión, el ministro turco de Defensa, se negó a desglosar esta fabulosa cifra por países.

El comunicado final de los ministros de Defensa «constata» el aumento constante del potencial del Pacto de Varsovia y reafirma la necesidad de que la OTAN posea medios de defensa propios capaces a la vez de garantizar la disuasión y de «establecer una base suficiente para que puedan ser encontradas medidas complementarias de limitación de armamento ».

A nivel de la opinión pública, la instalación de los Pershing-2 y de los Cruise es objeto de una seria contestación, tanto en Holanda como en Bélgica. Bruselas fue escenario, el pasado domingo, de una manifestación internacional que reunió, pese a la lluvia torrencial, unas 20.000 personas, cifra importante para este país.

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