Contaminación
Con gran estupor e indignación me entero de que, ¡al fin!, se han tomado medidas para que la polución no acabe con nosotros.Después de que los techos que hemos marcado como peligrosos por contaminación los hemos situado a niveles muy altos (el doble que en Londres, según leo), cuando los hemos alcanzado, «con gran energía» reducimos las calefacciones unas horas y amenazamos con retirar los coches situados en doble fila y poco más. Y me temo que como llueva un día de éstos, volvemos a dormirnos en los laureles y hasta otra.
Madrid y otras capitales exigen, no unas medidas de emergencia, sino unas normas permanentesque permitan disfrutar de un aire puro permanentemente o, al menos, ésa debe ser nuestra aspiración.
Sin entrar en tecnicismos ni en estadísticas, por profano que se sea, nadie ignora que cuando llega noviembre tememos que la atmósfera se enrarezca por las calefacciones de carbón, luego, el remedio es claro: isuprímanse! Sustituir el carbón por quemadores de gas (donde lo hay) u otros sistemas no es tan dificil ni costoso, pues las comunidades de propietarios (90% de los casos) derraman su coste. Con ello hemos logrado ya el reducir para siempre, quizá, el 50% de la contaminación, es decir, la supervivencia. Y sin pausa, estúdiense otras medidas hasta llegar a cero.
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