Nacionalismo y autonomía, temas del congreso del PSOE andaluz

Una discusión sobre el grado de nacionalismo del PSOE andaluz y su autonomía respecto al resto del partido, con la «obsesión del PSA», presente en todo momento, constituye el trasfondo del congreso iniciado ayer en Sevilla por la Federación Socialista de Andalucía. Espero que no habrá dos candidaturas fuertes a la dirección del PSOE andaluz, tras la victoria obtenida ayer por la ejecutiva saliente, al ser aprobada su gestión con el 61% de votos a favor.Durante el congreso se produjeron fuertes ataques al equipo del secretario general saliente, José Rodríguez de la Borbolla -considerado hombre próximo a las posiciones de Alfonso Guerra-, que fueron contestadas por aquél achacando la culpa al escaso interés de las agrupaciones provinciales por potenciar al órgano regional y diciendo que tal vez habría convenido mayor disciplina. «En esta sala», aseguró, «se encuentran compañeros que han estado poniendo permanentemente en cuestión las decisiones de la ejecutiva.»

El hecho de que este congreso sea el primero de los socialistas andaluces después de las elecciones del 1 de marzo y el 3 de abril se reflejó en las frecuentes referencias al PSA. El representante de Málaga, Rafael Ballesteros, calificó de «difusa» la postura de la dirección regional respecto a los demás partidos andaluces, y aunque consideró justificable esa posición en relación con UCD, debido al período del consenso, afirmó que no podía explicarse en lo que se refiere al PSA y al PCE. A su vez, el portavoz de Granada, Jesús Quero, consideró un fracaso el hecho de que el PSOE no consiguiera la desaparición de las siglas del PSA, «germen de la eclosión nacionalista de Andalucía», al tiempo que consideró nulo el esfuerzo regional por crear cuadros en las agrupaciones, muchas de las cuales se han quedado políticamente «huérfanas» después de pasar sus miembros a puestos municipales.

La crítica más dura provino del portavoz de la delegación almeriense, Joaquín Navarro, quien afirmó que el PSOE andaluz continúa sin entender el carácter federal del partido. «La vacilación en este terreno sólo se explica en virtud de que la ejecutiva no entiende la autonomía, cuando el PSOE es el único partido legitimado para luchar por la autonomía de forma no oportunista, y sin dejar que se desarrolle el mosquito del PSA, gracias a los cañonazos de la autodestrucción.»

Rodríguez de la Borbolla contestó a las críticas sin aceptar prácticamente ninguna de ellas. Reveló disponer de encuestas, según las cuales la mayoría de los andaluces equiparan nacionalismo a separatismo. También protestó por las acusaciones de que la ejecutiva regional no había tenido imagen ni presencia política, asegurando que retaba al congreso a demostrar que el PSOE habla sido el partido más influyente en la vida política de Andalucía. En la votación consiguiente, las delegaciones de Almería y Granada se pronunciaron contra la gestión de la ejecutiva, y se abstuvieron las de Málaga y Aljarafe, haciéndolo a favor el resto. Cádiz y Huelva cambiaron la intención abstencionista inicial por su voto favorable, tras un contacto con Alfonso Guerra.

La importancia de este congreso del PSOE andaluz viene de que reúne, por sí solo, el 25% de la militancia socialista en España, amén de que dos sevillanos son los máximos dirigentes nacionales del partido. Sin embargo, la fuerte competencia política en Andalucía añade nuevas fronteras a las que el Partido Socialista aborda en el conjunto de España, y ello alimenta una corriente interna que trata de acentuar los aspectos nacionalistas del PSOE en Andalucía, tendencia que se encuentra representada en la ponencia preparada por la agrupación de Almería.

El término utilizado para definir lo que debería ser el PSOE andaluz, según esta corriente, es el de «nacionalismo de clase».