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La doble tributación por derechos de autor será eliminada

Prosigue en Madrid una reunión internacional sobre el tema

Desde el 26 de noviembre y hasta el 13 de diciembre próximo, en que se aprobará un documento de carácter vinculante, se está celebrando en Madrid una conferencia intergubernamental de Estados, que tiene como tema de trabajo la doble tributación fiscal de las regalías transferidas de un país a otro en concepto de derechos de autor.

Esta convención internacional -en la que intervienen expertos representantes de los ministerios de Hacienda de los países participantes, además de los encargados del tema de los derechos de autor en otros ministerios, como los de Cultura, Educación etcétera- ha sido organizada por la Unesco y la Organizaciór Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y es un intento de conseguir que, al margen de los tratados bilaterales existentes entre muchos países, se unifiquen todos los criterios de contribución fiscal de los derechos de autor cuando la obra exportada se ve sometida a una doble imposición fiscal: en el país en que se vende y, más tarde, cuando el dinero de los derechos vuelve al domicilio fiscal de su autor, allí de nuevo.Según dijo a EL PAÍS Milagros del Corral, directora del Gabinete Técnico de la Dirección General del Libro y Bibliotecas, de la que dependen en España los temas de derechos de autor, y miembro de la comisión española, se han mostrado en esta convención dos bloques fundamentales: el de los países desarrollados, los países de la OCDE, y el de los que están en vías de desarrollo. Para los últimos, cuyo futuro depende mucho de la importación de productos culturales, el tema de la tributación en sus países es aún de vital importancia. Dentro del bloque de países desarrollados -la mayor parte de los cuales tienen resuelto el problema con muchos otros mediante convenios bilaterales- hay algunos, entre los que se encuentra España, que, por razones de política internacional y de mercado cultural tercermundista están sirviendo de puente en unas negociaciones que resultan, cuando menos, conflictivas.

Por otra parte, se dividen también por competencias: en general, los representantes de los sectores culturales mantienen posiciones proteccionistas respecto a los autores, mientras que los que pertenecen a los terrenos financieros de los Estados tienden a considerar el tema desde el punto de vista de estricta utilidad económica.

El objeto de esta reunión es la aprobación, artículo por artículo, de un protocolo multilateral, que más tarde deberá ser aprobado por los Gobiernos de los Estados vinculados a él, y en el que se estudia la posibilidad de eliminar en su mayoría la doble tributación en concepto de derechos de autor. De todos los productos culturales en los que se contempla la figura jurídica del autor, sólo están excluidos los productos cinematográficos, que están considerados como industriales, y uno de los puntos fuertes de discusión está en si deben considerarse al mismo nivel los derechos de autor percibidos por las industrias editoriales cuando, como en el caso de libros colectivos, técnicos o de texto, es la firma productora la que compra habitualmente la totalidad de los derechos.

La posición española es -según la misma fuente- la que corresponde, por un lado, a un país desarrollado, miembro de la OCDE; pero, por otro, la de contemporizador, dada su relación cultural en los países latinoamericanos incluidos en el grupo tercermundista. Por otra parte, esta convención internacional que se celebra en Madrid es particularmente importante en vísperas de la discusión de la esperada ley de Propiedad Intelectual y de los reglamentos que la concreten en los distintos sectores. En este sentido cabe señalar que, aunque está presente, como observadora, la Federación Internacional de Sociedades de Autores (FISA), a la que pertenece la Sociedad de Autores española, hay un sector especialmente desasistido, que es el de los autores de libros, que, como se sabe, en España no pertenecen a la Sociedad de Autores, y cuyas asociaciones profesionales, de reciente creación no están integradas en el organismo internacional. Curiosamente, está presente también en esta convención, igualmente como observadora, la Unión Mundial de Editores.

Para terminar la paradoja, hay que señalar que en España es la Dirección General del Libro y Bibliotecas, y especialmente el INLE (Instituto Nacional del Libro Español), el que centraliza el tema de derechos de autor. Y que, curiosamente, el sector en que está menos reglamentado es el de la autoría de libros, porque existe una ley del Libro a la que faltan las reglamentaciones necesarias para ser llevada a la práctica.

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