Prudente apoyo argelino a la revolución iraní

Saliendo de su reserva oficial en el caso de los rehenes de la embajada norteamericana en Irán y reafirmando una vez más sus críticas hacia Marruecos por la presencia de tropas de este país en territorio mauritano, el buró político del FLN, la más alta instancia ejecutiva de este país, subrayó su «firme apoyo» al Gobierno mauritano y a las autoridades islámicas iraníes.El buró político del FLN estima, en lo que concierne a lá crisis iraní, que los «problemas de la embajada norteamericana» (los argelinos no hablan de rehenes) y el tema de la extradición del sha deben ser solucionados por medios políticos.

El lenguaje es duro y prudente al mismo tiempo. Aunque no se diga textualmente, es obvio que Argelia admite el nexo existente entre la liberación de los rehenes y la extradición del sha, lo cual representa un apoyo directo a las tesis iraníes. Lo Contrario no era de esperar, de todas formas, como ya había sido explicado aquí por una delegación del Consejo de la Revolución integrada por Ali Mohamed Hadi y el ayatollah El Mandassari.

El carácter prudente del comunicado oficial argelino se vislumbra, en opinión de los observadores, en la insistencia que éste hace sobre la necesidad de «instaurar un clima de serenidad susceptible de facilitar una solución pacífica».

«La revolución islámica es una gran victoria de los iraníes y de los demás pueblos que luchan por su dignidad», agrega el buró político del FLN.

La crisis iraní es manejada, de todas formas, con extremo cuidado por los argelinos, quienes, en privado, admiten no saber «hacia dónde va esa revolución». La embajada norteamericana en Argel no figura, por otra parte, en el número de las representaciones diplomáticas de Estados Unidos en los países islámicos, que han reducido su personal ante la eventualidad desufrir una agresión. Por otro lado, el presidente Carter ha expuesto personalmente su «agradecimiento» a Argelia al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador, Redha Malek.

La «mediación» de Argelia, negada aquí en los términos en que se plantea en algunos medios occidentales, tiende sobre todo a lograr que la crisis iraní no desemboque en un grave conflicto armado de consecuencias incalculables, no sólo para el Islam, sino para todo el mundo.

Con relación a Mauritania, señala el buró político argelino que la obstinación de Mariuecos, al mantener una fuerza miliar en la localidad mauritana de Bir-Moghrein, no sólo viola la soberanía de Mauritania, sino que constituye una «escalada de consecuencias imprevisibles».

El apoyo verbal de los argelinos al régimen mauritano era previsible y responde al estado de completa normalización entre ambos países. El hecho de que Argelia subraye la existencia de una frontera entre este país y Mauritania da a entender que los argelinos podrían no permanecer insensibles en el caso hipotético de un incidente militar entre marroquíes y mauritanos.

En este sentido, Argelia apoya la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, la de una reunión de emergencia de los ministros de Asuntos Exteriores de la OUA y del Consejo de la Liga Arabe, iniciativas estas que han sido tomadas por Nuakchott.