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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El Estatuto gallego

La otra noche, al iniciar un comentario sobre el recién aprobado(Pasa a página 12.)

El Estatuto gallego

(Viene de página 11) Estatuto de Autonomía para Galicia, alguien decía, con palabras muy poéticas, lo siguiente: «Boas noites, tristura» («buenas noches, tristeza»). Y tenía razón; había tristeza, resentimiento y dolor en el ambiente que rodeaba al asunto.No voy a caer en la fácil tentación (bastantes lo habrán hecho ya) de criticar el Estatuto sin leerlo. No voy a entraren el juego de la hábil maniobra manipuladora de unir mi voz a los que gritan sin más; sería muy fácil hacerlo ahora desde una óptica nacionalista. Pero quiero entender que los representantes del pueblo presentes en los debates de la Comisión Mixta del Congreso sí conocían el Estatuto y ellos -excepto UCD- han votado no, o se han retirado. ¿Por qué? ¿Qué ha sucedido? Si a esto añadimos opiniones serias y objetivas, según las cuales el mencionado Estatuto no ofrece cotas de posibilidad realmente inferiores a las que ofrecen los de Sau y Guernica; si añadimos, además, algunas posturas y actitudes un tanto inexplicables de personalidades y grupos políticos, todo resultará mucho más confuso, más extraño y más surrealista.

Creo recordar que en una noche del debate, el señor presidente de la Comisión comentaba que el Estatuto gallego estaba pareciendo cosa de «meigas», y efectivamente terminó, como cosa de «meigas», de una forma muy incomprensible. ¿De quién ha sido la culpa? No lo sé. Pero sí entiendo que el sufrido pueblo gallego, sensible y callado, tan pisado y manejado a lo largo de la historia, ha. sido una vez más incomprendido; se ha sentido discriminado o tratado de forma desigual a como lo han sido sus hermanos catalanes y vascos y acaso le habían prometido y enseñado otra cosa al comienzo de esta nueva andadura política. Repito: ¿de quién ha sido la culpa? No lo sé. Pero sí sé perfectamente que eso duele, igual que duele la bofetada del amigo en quien se confiaba. Aunque la diferencia esté más en la forma que en el fondo de la cuestión.

¿Qué va a pasar ahora? Tampoco lo sé. Como gallego y partidario al máximo de las cosas enteras, pienso y siento que, de alguna forma, Galicia acaba de ser abofeteada por sus propios paisanos de UCD, que no han querido, no han sabido o no han podido llegar a la firma de un Estatuto con alegría y «queimada». El momento histórico era sumamente importante, y la decepción, con fundamento o sin él, es ya inevitable. El Gobierno y UCD deben tomar buena nota de ello.

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