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La crisis en el Islam

Irán consigue aplazar la reunión del Consejo de Seguridad

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aplazó ayer, hasta el próximo sábado, sus debates sobre la crisis de Irán, otorgando así una aparente victoria diplomática al Gobierno de Teherán, que había solicitado este aplazamiento para permitir que su ministro de Asuntos Exteriores, Abolhassan Bani Sadr, estuviera presente en la reunión.Después de una larga serie de consultas privadas, los quince países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU acordaron celebrar tina sesión urgente sobre la crisis norte americano -iraní. El jefe de la misión diplomática de Irán ante las Naciones Unidas, Jamal Shernirani, pielió un aplazamiento de esta reunión del Consejo y aseguró que el ministro de Asuntos Exteriores, que llega el sábado a Nueva York, intervendrá en la misma.

Previamente, Irán había solicitado un aplazamiento hasta la próxima semana, sin garantizar, además que el ministro de Asuntos Exteriores asistiría a la reunión del Consejo. Estados Unidos se opuso y presionó para la celebración inmediata.

Tras nuevas discusiones privadas y maniobras entre bastidores, se llegó a una fórmula de compromiso, según la cual la sesión urgente comenzó anoche, hacia las diez, hora de Madrid, pero se suspendió inmediatamente después hasta el próximo sábado por la tarde.

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Waldheim propone que el Consejo de Seguridad investigue los presuntos crímenes del sha

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Esta nueva dilación, junto con las noticias procedentes de Teherán, que indican que el ayatollah Jomeini rechaza cualquier decisión del consejo por anticipado, contribuyeron a reducir el ya escaso optimismo y alejar las posibilidades de una solución de compromiso.

Kurt Waldheim, en una entrevista televisada, esbozó esa posible fórmula conciliatoria, al decir que Irán podría poner en libertad a los 49 rehenes norteamericanos si Estados Unidos o el Consejo de Seguridad aceptan que se celebre una investigación internacional sobre los crímenes del sha, al que los revolucionarios islámicos acusan del asesinato de decenas de millares de personas y del robo de miles de millones de dólares.

Mientras Jomeini continúa avivando el fuego antinorteamericano en el mundo musulmán, el Departamento de Estado optó por una retirada del personal diplomático «no imprescindible» destinado en diez países islámicos. Esta medida, de carácter «temporal y voluntario», junto con las recomendaciones hechas a los norteamericanos que tengan necesidad de viajar a naciones con mayoría religiosa musulmana, parecen indicar que Washington teme nuevos brotes de violencia y que, en cualquier caso, no espera una pronta solución de la crisis.

En opinión del senador demócrata, Bennett Johnston, el presidente Carter tomará represalias contra Irán, una vez que los rehenes hayan sido puestos en libertad. Después de asistir a un desayuno de trabajo en la Casa Blanca, el senador por Luisiana dijo que para Carter «el honor nacional está por encima de las vidas de los rehenes».

El portavoz del presidente, Jody Powell, se apresuró a puntualizar esas declaraciones, e indicó que las palabras de Carter debíakenten derse en el sentido de que Estados Unidos no se doblegará ante el chantaje. Powell señaló asimismo, que el presidente no había hablado de acciones punitivas contra Irán, aunque admitió que la toma de rehenes repercutirá en el futuro de las relaciones entre Wasington y Teherán.

El secretario de Estado, Cyrus Vance, tuvo el lunes una reunión «tormentosa» Pon su antecesor en el cargo, Henry Kissinger. Según informaciones de prensa, obviamente no confirmadas, Vance llamó a su despacho a Kissinger y le recriminó sus constantes declaraciones públicas sobre la crisis de Irán. El antiguo artífice de la política exterior norteamericana habría respondido acusando a la Administración de filtrar a la prensa noticias que le atribuyen presiones para que el sha fuese admitido en Estados Unidos. Kissinger reconoce que está de acuerdo con la admisión del sha, pero niega haber ejercido presiones.

El hombre más buscado por los revolucionarios islámicos que acaudilla el imán Jomeini podría abandonar el Cornell Medical Center, de Nueva York, a media dos de esta semana, según fuentes oficiosas del hospital. Un equipo de médicos dirigido por un especialista canadiense, el doctor Joachim Burhenne, consiguió el lunes por la noche extraer, por un sistema semiquirúrgico, una piedra del conducto biliar del sha. La desaparición de esa piedra era, al parecer, el requisito esencial para que el derrocado emperador pueda ser trasladado del hospital a su residencia de Cuernavaca, en México.

A raíz de la crisis en Irán, y en preparación de futuros problemas antiamericanos en otras partes del mundo, el Pentágono está considerando modernizar su arsenal para ataques a larga distancia.

En los preparativos del presupuesto de Defensa para el próximo año, los militares han propuesto un plan quinquenal de grandes transportes aéreos y una alerta especial para las divisiones de infantería aerotransportadas.

Aunque los planes son aún secretos, la prensa norteamericana indicó que el Pentágono dedicará en 1981 ochenta millones de dólares para el desarrollo de un nuevo modelo de transporte aéreo CX de larga distancia.

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