Galicia
«Hasta ahora, los estatutos de autonomía salían de las respectivas comisiones legislativas envueltos en champán y alegría. Al llegar a Galicia se han quebrado las sonrisas. Sale un Estatuto bendecido por UCD y con el explícito voto en contra de los partidos de izquierda y galleguistas. Es decir, un Estatuto medio huérfano.Lo sucedido en Galicia tiene una gran importancia más allá de sus estrictos límites geográficos. No ha sido un Estatuto, el aprobado, hecho por todos, sino impuesto sobre algunos. Nace alicorto y, como algunos fetos -si se nos permite la expresión-, puede ser una criatura sin viabilidad alguna. Puede ser un Estatuto que llegue a referéndum con un pueblo dividido, desganado, y que se encalle a la primera de cambio. (...)
El reproche que le hace la Galicia del no al Estatuto aprobado con sólo los votos de UCD es múltiple. Muchas competencias, demasiadas, quedan a lo que determinen las Cortes en el futuro. Y eso no les parece una autonomía seria. El Estatuto queda empequeñecido respecto a los precedentes de Cataluña y Euskadi. Y eso no les parece una garantía de libertad organizada para los pueblos de España. Finalmente, la composición, porcentajes y cautelas para el futuro Parlamento gallego no les parecen cristalinamente democráticas. ( ... )»
23 de noviembre
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