Pesimismo ante la renegociación de inversiones españolas en Venezuela
Los ministros venezolanos de Fomento y del Fondo de Inversiones mantuvieron ayer reuniones con los ministros de Comercio e Industria, así como con directivos del INI, para tratar de renegociar varios acuerdos de inversión española en su país que se encuentran estancados. Los proyectos se refieren básicamente a la planta de ENASA (Pegaso), los astilleros a construir por AESA y una sociedad venezolana y el ferrocarril adjudicado a un consorcio hispano-venezolano canadiense.Estos tres proyectos constituyen los contratos más importantes negociados entre España y Venezuela en los últimos años y han contado con las bendiciones y apoyos de las más altas jerarquías de nuestro país y las de Venezuela en la etapa de la anterior Administración del partido de Acción Popular, que encabezaba Carlos Andrés Pérez.
La llegada de la nueva Administración venezolana de COPEI, que preside Luis Herrera Campis, ha supuesto una paralización de todos estos proyectos y la utilización de los mismos con un arma política contra la Administración anterior.
Las impresiones recogidas ayer en medios españoles acerca de las conversaciones entre los ministros venezolanos y las autoridades de Madrid son claramente pesimistas. No se han concretado las posiciones venezolanas, y el futuro de los tres proyectos sigue pendiendo de un hilo y corriendo un grave riesgo de crisis. Medios españoles señalaban anoche que en las negociaciones que se mantendrán mañana se espera una posición de mayor dureza por parte de los ministros españoles, con objeto de conseguir una definición venezolana, que debe situar con claridad el marco de su colaboración con España.
El estado actual de los tres grandes proyectos de inversión es el siguiente:
La fábrica de motores y camiones
ENASA es la única sociedad de fabricación de vehículos industriales que cuenta con un contrato para la construcción de una planta. En estos momentos dispone ya de una pequeña factoría de motores y ha invertido unos 2.000 millones de pesetas en el proyecto venezolano. La pugna básica en este tema se centra en la presión de la firma americana Mack, que pretende también montar una fábrica.El Gobierno de Herrera Campis ha remitido este asunto a la procuraduría general del Estado para que ésta informe y profundice en posibles sobornos o irregularidades en las decisiones de la anterior Administración. Este informe aún no está ultimado y se teme que no aporte soluciones definitivas al tema o al menos una claridad mayor.
Astilleros
Con respecto al tema de los astilleros, AESA suscribió un contrato con socios venezolanos para poner en marcha una factoría de gran envergadura. Mientras AESA ha cumplido sus compromisos, la otra parte no lo ha hecho así. AESA ha realizado inversiones por valor de seiscientos millones de pesetas y en estos momentos sus proyectos están paralizados. Según las autoridades venezolanas se trata de redimensionar el proyecto, que les parece demasiado ambicioso.
El ferrocarril
Finalmente está el tema del ferrocarril que se proyectó para unir los centros de consumo de la capital con las explotaciones mineras situadas a ochocientos kilómetros. El contrato fue adjudicado, tras una serie de vicisitudes, a un consorcio hispano-canadiense-venezolano, formado a instancias de la Administración del Gobierno venezolano. De momento, el proyecto está parado y se procede a su redimensionamiento para poner en marcha un proyecto mucho más modesto. El suscrito hace un año suponía una inversión de más de mil millones de dólares, que ahora puede quedar reducido, en el mejor de los casos, a seiscientos. La parte canadiense ha sondeado la posibilidad de retirarse del proyecto y ceder su participación a otros medios.
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