Los reyes de la serie B
Entre 1955 y 1971, Roger Corman dirige unas cincuenta películas. La serie de terror, basada en obras de Edgard Allan Poe, le da una cierta fama, aun que sus mejores trabajos son los últimos: La matanza del día de San Valentín (1967) y Mamá sangrienta (1970). Pero Roger Corman es especialmente conocido por especializarse en la producción de películas baratas, «Serie B», por producir, no sólo sus propias obras, sino también las primeras de un selecto grupo de directores. Mientras en Europa la crítica es uno de los caminos normales para llegar a dirigir, en Estados Unidos el cine se estudia en la universidad o se aprende en la práctica, pero nunca escribiendo en periódicos. La única excepción es Peter Bogdanovich, que durante los años sesenta publica crítica cinematográfica y entrevistas con los grandes clásicos norteamericanos.Tras efectuar diversos trabajos menores para Roger Corman, en 1968 le da la oportunidad de dirigir su primera película, El héroe anda suelto (Targets), una curiosa historia de terror que también escribe, produce e interpreta. La admiración de Bogdanovich hacia los clásicos y los géneros tradicionales del cine norteamericano le lleva a que sus películas sean una fría mezcla. Después de tres años sin dirigir, Roger Corman, con la ayuda económica de Playboy, le concede esa segunda oportunidad tan anhelada, y que sólo consiguen los privilegiados, y puede hacer Saint Jack, uno de sus más concienzudos trabajos. Esta vez Bogdanovich parece haber aprendido la lección, olvidada su erudicción, y, en contra de lo que hubiese hecho años atrás con esta misma novela de Paul Theroux, no ha caído en la trampa de tomar como modelo al Humphrey Bogart de Casablanca para su protagonista. Ha sabido crear un exótico mundo a medio camino de la cercana guerra del Vietnam, con su séquito de norteamericanos y agentes de la CIA, y los restos del imperio británico, a mayor gloria de Somerset Maugham, donde su protagonista hace una elección moral, a lo Graham Green, y decide seguir malviviendo en los calurosos bajos fondos orientales antes de venderse para poder salir de ellos. Y, además, para contar la historia de Jack Flowers, un norteamericano que en 1971 trabaja en Singapur como chulo y sueña con montar el mayor burdel de la zona, utiliza un curioso método narrativo, que consiste en mezclar la anécdota principal con otras marginales, pero que dan a aquélla toda su fuerza y vida. De forma que está narrada al tiempo que su relación con un contable, desde el momento en que le conoce en su primera visita a Singapur hasta que manda por correo certificado sus cenizas a su viuda, y mientras, constantemente, recorre los bajos fondos saludando a múltiples personas.
El rey de Singapur (Saint Jack)
Dirección: Peter Bodanovich.Guión: Howard Sackler,Paul Theroux, Peter Bogdanovich. Fotografia: Robby Müller. Intérpretes: Ben Gazzara, Denholm Elliot, Peter Bogdanovich. EEUU, 1979. Local de estreno: Azul.
Lástima que la descripción de esta atmósfera y estas historias laterales le lleve media película y tenga que concentrar la acción en la segunda, a partir de la aparición del propio Bogdanovich como extraño agente de la CIA. Y también que una copia mal tirada, obscura en exceso, impida apreciar la espléndida fotografía del alemán Robby Müller, y un abominable doblaje.
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