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Próxima apertura de un museo de cine en la Filmoteca

Se emplazará provisionalmente en los locales de la antigua Escuela de Cinematografía

La próxima apertura del Museo de Cine, para el que se han adquirido importantes colecciones de material cinematográfico, y la cuestión de los archivos de No-Do, cuya propiedad y conservación está actualmente en litigio entre la Filmoteca Nacional y RTVE, son los principales temas que se trataron ayer en una rueda de prensa en la que Luis G. Berlanga y Florentino Soria -presidente y director de la Filmoteca, respectivamente-, informaron también de diversos proyectos.

La apertura del Museo de Cine, que se prevé para el mes de diciembre o principios de 1980, significa la culminación de una etapa en la vida de la Filmoteca y un nuevo espacio de acción que potenciará sus futuras actividades. De momento, el museo se emplazará en los locales de la antigua Escuela de Cinematografía, que pertenecen hoy a la Filmoteca, para pasar, a largo plazo, al antiguo hospital de San Carlos, donde el Ministerio de Cultura proyecta montar un complejo centro cultural estilo Beaubour.Las obras de instalación y conservación han sido ya adjudicadas al arquitecto Carlos Fernández Cuenca, y se dispone de un respetable material reunido con la adquisición de diversas colecciones privadas, que pueden valorarse en más de quince millones de pesetas; en conjunto es uno de los mejores fondos del mundo, comparable al de Turín o París. La colección se divide en cuatro grupos: tres que corresponden a cada una de las épocas fundamentales de la historia del cine -fotografía, precinema y cinema- y un cuarto grupo documental con quinientas piezas, entre libros, revistas, carteles y películas en nueve y 35 milímetros.

El mayor problema que plantea la creación del Museo de Cine es la dificultad que encuentra la Filmoteca para recuperar parte de sus locales, que fueron en su día cedidos al Instituto de Radio y Televisión, con el que comparte el edificio. Desde octubre del año pasado, la Filmoteca reclama sin éxito la retrocesión total o parcial de dichos locales -unos 1.800 metros cuadrados, repartidos en dos plantas- y, aunque ya existe una orden del Ministerio de Cultura para que la Dirección General de RTVE proceda a la devolución, de hecho, gran parte del material destinado al museo se encuentra todavía amontonado en el vestíbulo por falta de espacio para almacenarlo adecuadamente.

«A pesar de la intervención del ministro, lo único que hemos conseguido hasta ahora es un aula», dijo el señor Berlanga. «Sin embargo, somos optimistas y esperamos que el problema se resuelva, pese al enorme poder de resistencia del señor Fernández de Asís -director del Instituto de RTVE-, que hay que reconocer es realmente encomiable.»

Pero el principal conflicto que se ha entablado entre el mundo del cine y el de la televisión, representados, respectivamente, a nivel oficial por la Dirección General de Cinematografía y la de RTVE, es el asunto de los archivos de No-Do, que, según la actual redacción del estatuto de RTVE, pasan a depender de Prado del Rey.

Según los representantes de la Filmoteca, éste es el único organismo oficial capacitado para garantizar la conservación de películas, internacionalmente reconocido para desempeñar tal función, y, dada la situación ac tual de RTVE, es muy de temer que el archivo en sus manos acabará disperso y destruido.

Contra la campaña que se ha movilizado en apoyo de la transferencia a RTVE de los archivos de No-Do, la Filmoteca ha emprendido una serie de actuaciones. A nivel político, se han mantenido conversaciones con los grupos parlamentarios, para conseguir la modificación pertinente en el texto del estatuto cuando se presente en el Senado

Otros proyectos

La creación de una serie de centros provistos de video y de un fondo de doscientos a quinientos títulos, es otro de los proyectos que se presentó en la rueda. El presupuesto necesario para abrir una decena de estos centros es de 39 millones de pesetas. Uno de estos equipos de video se instalará en el museo, donde funcionará también una sala especial para proyectar diapositivas.La recuperación de la filmografía nacional, tarea específica de la Filmoteca, que siempre ha chocado con graves problemas de financiación, es asimismo otra actividad que se intenta potenciar con la elaboración de un archivo del cine español, a base de recoger memorias, testimonios y filmaciones de sus pioneros. Al parecer, el señor Tusell, director general del Patrimonio Artístico, está bien dispuesto en cuanto a apoyar económicamente esa tarea de investigación.

Por otra parte, el señor Berlanga afirmó que la Filmoteca seguirá luchando por la salvación del cine Doré, la sala de exhibición más antigua de Madrid, que podría convertirse en una sala anexo del museo, donde proyectar las películas de los años veinte en el ambiente de la misma época.

Asimismo insistió en el tema de la pantalla libre, que hasta ahora no ha encontrado eco en los sectores marginales e independientes del cine hacia los que iba orientada la idea. Aunque las proyecciones ya van a iniciarse, el material recibido es muy escaso. Cualquier persona que haya rodado una película tiene con la pantalla libre, la posibilidad de que sea proyectada en la Filmoteca.

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