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Telefónica pretende que los nuevos usuarios compren obligaciones además de pagar la cuota de instalación

La Compañía Telefónica propondrá al Gobierno la creación de unas obligaciones especiales que deberán suscribir todos los peticionarios de teléfono a los que se conceda una línea, según comentó ayer el presidente de la sociedad, Tomás Allende, en una conferencia de prensa. Estos bonos permitirían cubrir parte de las necesidades financieras de la compañía. El sistema funciona en varios países, como Japón, México, Brasil y países escandinavos.

La propuesta de la Telefónica plantea que en el momento de concederse una línea telefónica, el peticionario, además de abonar la cuota de instalación (13.500 pesetas para los particulares), tendría que suscribir una cantidad idéntica en bonos. En el caso de líneas para industrias, los bonos a suscribir serían el 150% de la cuota de enganche, y en líneas múltiples con centralita, el 250%. Por esta vía, si se aprueba por el Gobierno el mecanismo, Telefónica podría obtener 11.500 millones de pesetas el próximo ejercicio y cantidades superiores en los siguientes. Estos bonos de usuario tendrían una rentabilidad idéntica a la de las obligaciones y gozarían de sus beneficios fiscales. Su plazo de amortización se fija en la demanda de Telefónica en quince años, aunque puede rebajarse a menos de la mitad. El presidente de Telefónica señaló que estos bonos tendrían un mercado secundario atractivo.El presidente de Telefónica convocó la conferencia de prensa para comentar el plan cuatrienal de inversiones de la compañía y, especialmente, lo referente al ejercicio 1980. Tras el recorte en las inversiones del presente año, que de un presupuesto de 105.000 millones han quedado reducidas a 87.000 millones, la compañía se ha planteado cuatro opciones alternativas que van de una inversión, en 1980, de 102.000 millones, como mínimo, a 118.000, como máximo. El consejo de Telefónica ha optado por la opción máxima, y ante las demandas de las empresas suministradoras, duramente afectadas por el recorte, y de las centrales sindicales, preocupadas por el empleo en el sector, ha decidido aumentar otros 8.000 millones la previsión de inversiones, que se eleva, de esta forma, a 120.000 millones.

Para que esta propuesta sea viable se precisa que el plan de financiación de esas inversiones esté claro y más o menos garantizado. En este sentido, según el señor Allende, el Gobierno tiene la palabra a la hora de arbitrar los cauces de financiación de la compañía.

Para la opción de una cifra de inversión de 112.000 millones, la dirección de Telefónica propone como financiación adecuada el siguiente esquema: por ampliación de capital, 9.346 millones de pesetas (equivalente a una nueva acción por cada diecinueve antiguas). Por vía de emisión de obligaciones, 18.000 millones. Los bonos de usuarios, comentados anteriormente, proporcionarían otros 11.500 millones. Los créditos exteriores se cifran en trescientos millones de dólares, equivalentes a 19.800 millones de pesetas. Se prevén también 14.150 millones de pesetas, a obtener de la línea de financiación de bienes de equipo. Los 62.000 millones restantes para completar el plan de inversiones proceden de la autofinanciación. La Compañía proyecta solicitar un aumento de tarifas del 13,62% en 1980, que debería entrar en vigor en enero, y que es condición básica para el plan de inversiones.

El señor Allende señaló que en las actuales circunstancias de la Bolsa, cualquier apelación a la misma por vía de ampliación de capital parece poco recomendable, y que Telefónica sólo concurrirá si hay garantía de suscripción. El mercado de obligaciones, dijo, está también difícil. La única opción para Telefónica, añadió, es reforzar la autofinanciación, pero esto sólo puede hacerse mediante aumentos de las tarifas.

Según el presidente de Telefónica, las tarifas españolas son de las más baratas del mundo, y el rendimiento por línea es muy bajo. La actitud de los últimos Gobiernos ante la inversión telefónica ha sido de recelo y reserva, lo cual, dijo el señor Allende, no se explica, ya que estamos en un sector con futuro, con mercado, que genera empleo y suministra tecnología de punta. Un retraso en las inversiones, añadió, se pagará caro más adelante. Señaló también que el actual Gobierno es sensible al tema, y que, en su opinión, y en base a los contactos mantenidos con los responsables de la política económica, la actitud oficial ante la inversión de su compañía ha cambiado y es más realista.

Trabajo a suministradores

Con la cifra de inversiones que se pretende para el próximo año, las compañías suministradoras de Telefónica, dijo el señor Allende, tienen garantizados pedidos similares a los del año 1975, que fue el de mayor actividad en el sector.En estos momentos, el grueso de los suministros a Telefónica proceden del grupo ITT, especialmente de Standard Eléctrica, sociedad filial de ITT, y en la que Telefónica es titular del 20% de las acciones. El grupo ITT suministra a Telefónica casi el 40% de sus equipos. La cuenta anual de Telefónica con Standard se sitúa en torno a los 25.000 millones de pesetas. Tras Standard, otros grandes suministradores de Telefónica son Intelsa, sociedad participada por Ericson (51%) y Telefónica (49%), y Telettra (51% Telefónica y el resto de la matriz italiana del mismo nombre). Otras empresas suministradoras importantes son Sitre, Cables y Comunicaciones, Marconi (filial de ITT) y, a menor nivel, Siemens, Piher y otras sociedades.

El sector de comunicaciones, dependiente en buena medida de Telefónica, proporciona empleo directo a más de 50.000 trabajadores.

Él señor Allende señaló en la conferencia de prensa que, en su opinión, Telefónica ha conseguido unas condiciones excelentes de sus suministradores, y que la política de diversificación limitada de los mismos puesta en práctica desde antes de su entrada en la compañía es acertada.

Un millón de salario medio

Con respecto a la situación laboral de la compañía, el señor Allende señaló que no hay ningún conflicto pendiente, y que el convenio se ha cumplido y se renovará el próximo año. Con respecto a la revisión salarial de julio, puso de relieve que no es aplicable a Telefónica, ya que el salario medio de la sociedad en 1978 superó el tope, fijado por el Gobierno en 750.000 pesetas. El salario medio de Telefónica en el presente año, incluidas las cargas sociales de la empresa (cuota empresarial de Seguridad Social) es ligeramente superior a 1.225.000 pesetas.

El Juzgado rechaza la querella de Telefónica contra la OCU

El Juzgado número 9 de Madrid rechazó ayer la querella interpuesta por la Compañía Telefónica contra el presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Antonio García-Pablos, estimando defectos de forma. La querella había sido interpuesta la pasada semana por supuestas injurias y calumnias de los dirigentes de OCU contra los de Telefónica, contenidas en los escritos difundidos por la Organización de Consumidores en rechazo de la última subida de las tarifas telefónicas.Desde hace varias semanas, los dirigentes de OCU y de la Compañía Telefónica han entablado una polémica respecto de la licitud o ilicitud de la última modificación a la tarificación de las llamadas telefónicas. Los dirigentes de la OCU han promovido una campaña instando a no pagar los recibos del teléfono, a lo que la compañía ha respondido amenazando con cortar las líneas.

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