El rey Juan Carlos destacó la dimensión europea y americana de España
El rey Juan Carlos declaró ayer en el discurso con el que clausuró el IV Congreso Iberoamericano de Cooperación, que «la legítima aceptación de la naturaleza europea de España no se contradice, sino que se complementa y enriquece con una paralela afirmación de nuestra vocación americana, clave de nuestra historia, base de nuestro presente, rumbo de nuestro porvenir».El rey Juan Carlos pronunció el discurso en el Centro Iberoamericano de Cooperación, en presencia del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y de varios ministros del Gobierno, haciendo hincapié en el tema de la educación y de las relaciones hispanoamericanas con motivo del día aniversario del descubrimiento de América. En sus palabras, el Monarca español dijo, entre otras cosas:
«Muchos, en la joven América, llaman a España Madre Patria. Ese apelativo nos honra y a él procuramos ser fieles. Pero nosotros, descendientes de los españoles que aquí permanecieron y no cruzaron el océano, preferimos ser sólo considerados como hermanos en una gran familia de pueblos que ha recogido sangres diversas, que cultiva múltiples lenguas dignas de respeto y que vive bajo climas y sobre tierras muy diversas; pero que, sin duda, encuentra en la Península Ibérica, en dos antiguas naciones llamadas España y Portugal, un punto de convergencia, una herencia común, una razón vital para una acción compartida en el largo camino del futuro.»
«Al reunirnos aquí para conmemorar un aniversario más del descubrimiento de América, estamos celebrando de nuevo una reunión de familia, un encuentro alegre de gentes que conservan la esperanza de un mejor destino en medio de la inquietud y hasta de la angustia que parecen ser, por desdicha, el signo de nuestro tiempo.»
Más adelante, el Monarca español declaró que: «España es una parte de Europa y se está integrando paulatinamente en las organizaciones y estructuras en las que Europa va cobrando, lentamente, forma política, social y económica.» Y añadió: «Desearía mi patria que la suya fuera, en Europa y en Iberoamérica, una misión de hermandad entre dos continentes a los que todo debe unir, porque les une algo más trascendental que el continente, algo que constituye el contenido.»
Sobre la educación el Rey afirmó: «Entre las graves injusticias que padece el mundo actual, no es la menor, sin duda, la de la desigualdad de oportunidades educativas que afecta, sobre todo, a quienes proceden de las capas sociales más modestas de cada sociedad. Muchos niños y adolescentes ven así menoscabados sus derechos en perjuicio incluso de toda la sociedad.
Quizá, la política educativa no debería sólo garantizar una educación básica a toda la población infantil, sino estudiar luego sistemas permanentes de educación compensatoria, que sirvan para remediar los desequilibrios de cada hogar y cada ambiente.»
Más información en página 21
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