Incidentes en varios ayuntamientos al tratar la despenalización del aborto

Los últimos plenos municipales celebrados en los ayuntamientos de Lejona y Bilbao han tenido que ser suspendidos ante los gritos, insultos, abucheos e incluso agresiones físicas protagonizados por partidarios y enemigos de la despenalización del aborto, cuya moción, elaborada por la Asamblea de Mujeres de Vizcaya, formaba parte del orden del día, así como la demanda de amnistía para las once mujeres que el próximo día 26 serán juzgadas en Bilbao por este delito.

En la Corporación bilbaína, el pleno municipal se estaba desarrollando con total normalidad hasta que el concejal de Euskadiko Ezkerra, Jon Nicolás, dio lectura a una moción pro aborto distinta de la que se había pactado, en la que se pedía, en vez de amnistía, sobreseimiento del citado juicio y se limitaba, en cierta manera, el control de las organizaciones feministas de los futuros centros de planificación familiar. Esta intervención comenzó a templar los ánimos de parte del público asistente al pleno y de las doscientas mujeres que esperaban en la puerta, hasta que el concejal de Herri Batasuna, Iñaki Martín, tomó la palabra -no sin antes forcejear con su compañero de EE que le acusó de «acaparar protagonismo»- y leyó la moción tal y como la redactó la Asamblea de Mujeres.Después de este trámite, se pasó a la votación: UCD y el PNV se abstuvieron, al igual que el PSE-PSOE, cuyo representante justificó su postura diciendo que el tema era de tal envergadura y grandiosidad que no cabía en un ayuntamiento y que por tanto su lugar de discusión estaba en el Parlamento, no sin antes recordar que su partido «no es proabortista, pero está por la despenalización». Aquí comenzaron los primeros abucheos, interrumpidos por los votos favorables de Herri Batasuna y Euskadiko Ezkerra. Con siete votos favorables y el resto abstenciones, la moción no fue aprobada por falta de quorum. Justo en ese momento, las mujeres que estaban en la puerta burlaron a los vigilantes e irrumpieron en el salón de sesiones a los gritos de «Vosotros machistas, sois los terroristas», consigna específica para UCD y PNV y «traidores», ésta dedicada a los socialistas. Así permanecieron, en medio de una gran tensión, durante media hora, durante la cual, tanto el alcalde como concejales aguantaron estoicamente en sus asientos sin moverse, pese a que Jon Castañares había suspendido el pleno y avisado a la policía, cuya actuación se limitó a impedir que las feministas llegaran al estrado.

El incidente finalizó cuando los corporativos abandonaron la sala por una puerta lateral. Eran las 10.30 de la noche del jueves. Casi a la misma hora, en el Ayuntamiento de Lejona se estaba librando una batalla campal, originada por el mismo tema. Cuando una militante de la Asamblea de Mujeres leyó la moción feminista, otra que formaba parte del público le pareció observar una actitud de cachondeo y cara de total desinterés por parte del alcalde y otros tres ediles peneuvistas y así lo hizo saber en voz alta, a lo que el alcalde contestó: «Pues lo siento, pero no tengo otra cara.» Al llegar a este punto, esta misma mujer hizo un comentario en voz baja, oído por la persona que estaba a su lado, un candidato del PNV a las pasadas elecciones municipales, quien le propinó un empujón que la hizo tambalearse. Entre partidarios de una y otro se enzarzó una batalla campal que duró varios minutos y acabó con la suspensión del pleno.

La discusión de la moción que las mujeres feministas incluyen en los plenos de los ayuntamientos de todo el País Vasco ha provocado momentos de gran tensión y posturas personales incoherentes con la línea de los partidos. Así, por ejemplo, el PCE, que como partido se comprometió a apoyar la moción, se ha encontrado después con que concejales -como el de Basauri, que además es uno de los testigos citados por la defensa en el juicio del día 26- han hecho lo contrario.

Hasta el momento en la provincia de Vizcaya sólo ha apoyado dicha moción el Ayuntamiento de Arrigorriaga, de clara hegemonía abertzale. En los restantes, la abstención del PNV y PSE-PSOE ha impedido su aprobación. En casos de empate, el alcalde socialista ha hecho uso del voto de calidad para derrotar la propuesta.