Marruecos propone una conferencia económica regional sobre el Sahara
Marruecos ha propuesto en las Naciones Unidas la celebración de una conferencia económica regional con los países que tienen fronteras con el Sahara, para poner fin al conflicto y conseguir el «bienestar y la armonía» de los pueblos de la región.La propuesta, ya formulada por el rey Hassan a la Organización de la Unidad Africana (OUA), fue expuesta ante la Asamblea General por el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Bucetta.
El ministro marroquí declaró que el tema del Sahara occidental es un «falso problema» y su presencia en la agenda de la comisión de descolonización «no puede justificarse desde que el territorio fue descolonizado de una forma definitiva y de acuerdo a la legalidad internacional».
Bucetta acusó a España de haber «inventado» el concepto de «Estado saharaui» durante el proceso de descolonización y declaró que el pueblo marroquí está dispuesto a defender a cualquier precio «su integridad territorial».
La propuesta marroquí, que no ha encontrado hasta el momento ningún eco en la Organización de la Unidad Africana, tiende a ofrecer una explotación conjunta con los países vecinos de las riquezas minerales del Sahara.
En medios diplomáticos se considera que el ofrecimiento marroquí ignora la posición adoptada por la OUA en su última cumbre, y las Naciones Unidas en anteriores asambleas generales, que reconoce al pueblo saharaui el derecho a la autodeterminación y a la independencia.
En Bruselas, el presidente de la Cámara de Representantes marroquí, Uld Sidi Baba, ha dicho que el problema del Sahara occidental puede resolverse por la vía del diálogo, con la ayuda de países amigos de Argelia y de Marruecos, tanto de Europa occidental como del mundo árabe.
Respondiendo a una pregunta sobre el futuro de Ceuta y Melilla, Uld Sidi Baba dijo que se trataba de «territorios marroquíes» y que el problema de su incorporación debería resolverse por la vía de la cooperación, «de la misma manera que España tenía que resolver con Gran Bretaña el caso de Gibraltar».
