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El Polisario quiere forzar la negociación con Marruecos ante la presión militar

Las operaciones militares del Frente Polisario en el sur del territorio marroquí aumentarán «en espectacularidad y eficacia» con el objetivo declarado de obtener la apertura de negociaciones entre el movimiento saharaui y el Gobierno marroquí. Esta es la impresión que se desprende tras la maratoniana serie de presentación de prisioneros y armas capturadas y las declaraciones de los dirigentes de la RASD.Según el ministro de Defensa saharaui, Ibrahim Ghali, la aviación marroquí dispone ya, en estado operacional, de los primeros Mirage, estacionados en el aeropuerto de Smara. El mantenimiento de estas unidades necesitaría la presencia de personal especializado francés, cuya existencia, si fuera confirmada, podría suscitar un incidente diplomático, ante la eventualidad de un ataque del Polisario con el objetivo de inutilizar estos modernos aviones.

«La ayuda del régimen egipcio al rey Hassan II es ya efectiva o se ha concretado con envíos de armas. Pone de relieve la estrecha vinculación que existía entre ambos países, pero que ha sido camuflada durante largo tiempo», añadió Ibrahim Ghali. El responsable saharaui presentó a la prensa cinco piezas de artillería antiaérea y cohetes Sam-7. Este material, capturado en combates que han tenido lugar estas últimas semanas en el sur de Marruecos, habría sido entregado recientemente al Ejército marroquí por el Gobierno egipcio. Según el responsable saharaui, el presidente Sadat ha entregado también a Rabat aviones Mig-21 y 23, pero el Polisario, señaló, no ha capturado aún técnicos egipcios.

El próximo hito de la «Ofensiva Huari Bumedian», lanzada por los guerrilleros saharauis a finales del pasado año en homenaje al fallecido presidente de Argelia, debe ser, lógicamente, la ocupación o destrucción de otro punto vital marroquí en el Sahara o una guarnición de mayor importancia que las de Lebuirat o Gulimina, en el sur de Marruecos. El ataque masivo a la localidad de Smara o la rotura del cerco instalado alrededor del complejo de Bucraa.

La vertiginosa cifra de armas recuperadas por el Polisario y el número creciente de prisioneros capturados tras cada operación se relacionan mal con la idea de que, militarmente, el conflicto del Sahara sigue siendo una guerra de guerrillas.

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