La antología de Georges Braque se abre hoy en Madrid
La Fundación March presenta 125 obras del artista francés
Ayer fue presentada a la prensa la exposición de cuadros del pintor francés Georges Braque, que inaugura oficialmente hoy el curso en la Fundación Juan March: 125 obras del pintor, entre óleos, serigrafías, bronces y gouaches, que serán presentadas hoy por el profesor de arte Francisco Calvo Serraller.
« La figura de Braque como vanguardista es inseparable de la de Picasso», ha dicho Francisco Calvo Serraller a EL PAÍS. «En 1907, y ante el cuadro de Las señoritas de Avignon, les presentó Apollinaire. Y ya juntos emprendieron la fundación del cubismo, ese movimiento escandaloso que se mantendrá vivo hasta 1925 y que supone la mayor revolución del lenguaje artístico desde el Renacimiento. La estrecha colaboración entre Braque y Picasso, sobre todo durante los cinco primeros años de experimentación cubista, agota, desde el punto de vista de la invención, y a mi juicio, todas las innovaciones estilísticas del movimiento. Y, por otra parte, su mutua identificación en esta empresa es tan absoluta que ambos consiguen una casi completa despersonalización.»El significado del movimiento cubista lo ve Francisco Calvo Serraller así: «Aunque el movimiento no tuvo la intención de salirse de la investigación estrictamente artística, despertó tal agresividad que llegó a suscitar un debate en la Cámara de los Diputados de París. En realidad, su radical transformación del sistema de representación tradicional, concentró la tensión de ruptura del siglo anterior, además de fundar la nueva gramática pictórica para nuestro siglo. Es decir, el cubismo se convirtió en el eje central de separación entre lo antiguo y lo moderno.»
El señor Calvo Serraller se refiere también al comportamiento pictórico de Braque, durante y después del cubismo. «En realidad», dice, «Braque, que venía de una familia de artesanos, empieza en su primera juventud dedicado a la pintura decorativa. Sólo en 1902 se instala en París para dedicarse a la pintura de creación. Y allí es donde toma contacto con los círculos vanguardistas posimpresionistas. Sólo cuando se encuentra con Picasso, y cuando untos se enrolan en el cubismo, supera al pintor brillante y prometedor que era hasta entonces. Entre 1909 y 1914 se extiende la época más fecunda en invenciones. Movilizado en la primera guerra mundial, gravemente herido en campaña, permanecerá prácticamente silencioso hasta los años veinte. »
«Para cuando vuelve», sigue diciendo Francisco Calvo, «el panorama cultural y artístico ha cambiado radicalmente. En 1925 se considera acabado el cubismo, y Braque, madurado como artista, debe afrontar la realización de una obra personal. Hasta 1963, el año de su muerte, quedan todavía otros cuarenta de actividad creadora, en los que Braque volverá una y otra vez sobre sus obsesiones -el espacio, la composición, la armonía-, así como sus temas de siempre: paisajes, naturalezas muertas, interiores y, menos, la figura humana. Por lo demás, éstos son los cuarenta años de creación de un solitario, que deja traslucir algunas veces -pocas- resonancias ambientales. Así, en los años treinta sus cuadros parecen contagiarse de cierta atmósfera de evocación surrealista, aunque su auténtico -su único y verdadero- contrapunto fue Picasso, con el que dialoga a distancia hasta su muerte. Como este último, se movió con soltura en los más diversos medios expresivos.
«La exposición que se inaugurará hoy», termina el señor Calvo Serraller, «tiene el especial interés de hacernos accesibles los aspectos menos tópicos del genial pintor.»
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