¿Obstruccionismo?

Parece mentira que se engañe al pueblo una y otra vez sin consideración alguna. En las campanas electorales todo son promesas, una vez alcanzado el cargo, gracias a esos votos de buena fe, los políticos demuestran, hasta la saciedad y con el mayor descaro, que sólo les importan sus propios intereses, como lo están haciendo estos días en Madrid nuestros ilustres ediles de UCD.El Ayuntamiento necesita fondos para hacer frente al presupuesto especial de la Gerencia Municipal de Urbanismo e intenta hacerlo mediante emisión de deuda pública por valor de 2.454.960.000 pesetas, pero los concejales de UCD (véase EL PAÍS del 15 y 19 de septiembre), anteponiendo sus propios intereses a los del pueblo, a cuyo servicio, en primer lugar y ante todo, debe de estar todo funcionario o persona que ostente un cargo público y máxime si ha sido elegido democráticamente, lo obstruyen, si a cambio de su aprobación no se le recortan atribuciones a ese mismo pueblo al que ellos prometieran el mayor protagonismo, ayuda y defensa de sus intereses.

Conste que soy un ciudadano sin inclinaciones políticas definidas y sólo a título de tal escribo estas líneas, pero me duele muy profundamente que se juegue así con el pueblo que tanto respeto me merece.

¿Cuándo nuestros dirigentes van a tomar conciencia de sus responsabilidades y van a dejar de tratarnos como pobres corderitos?

Piensen, señores míos, que los votos aguardan.