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Discrepancias entre la jerarquía chiita sobre las negociaciones con los kurdos

Las divergencias existentes en la jerarquía chiita permitieron ayer la reanudación de las negociaciones entre una delegación kurda. procedente de la ciudad de Mababad y el Gobierno de Teherán, negociaciones que desembocaron en un acuerdo que autoriza al Ejército iraní a entrar pacificamente en la ciudad kurda.

El «número dos» de la jerarquía chiita, el ayatollah Chariat Madari, propuso, en contra de las declaraciones de Jomeini, que reiteró ayer su negativa de negociar «con los contrarrevolucionarios y demócratas kurdos», la consecución de un alto el fuego en el Kurdistán, seguido de negociaciones.Las conversaciones, iniciadas el martes en Teherán, y que habían quedado interrumpidas a consecuencia de una primera intervención de Jomeini, fueron inmediatamente relanzadas. Un primer acuerdo fue incluso concluido entre el Consejo Revolucionario de Mahabad y el Gobierno. El acuerdo, que autoriza al Ejércitoa entrar en la ciudad de Mahabad, prevé también que la evacuará en el «momento oportuno». Tan pronto como sea evacuada, añade el acuerdo, los cuarteles de la ciudad se transformárán en una facultad de enseñanza universitaria y, a largo plazo, los Guardianes de la Revolución -hasta ahora, una milicia jomeinista antikurda- serán sustituidos por fuerzas de orden autóctonas. Por último, los militantes del recién prohibido Partido Demócrata del Kurdistán Iraní (PDKI) se beneficiarán de una amnistía.

Este acuerdo, que podría ser ampliado a todo el Kurdistán en el curso de una negociación ulterior, contradice las declaraciones de Jomeini. Ayer, una vez más, el máximo líder religioso iraní, én un mensaje difundido por radio, exigió,que, los dirigentes del PDKI sean sometidos a «castigos ejemplares» e invitó a los dirigentes religiosos sunitas -los kurdos son en su mayoría sunitas- a que cooperen con las fuerzas del orden en su lucha contra el PDKI y a que entreguen a los responsables de la rebelión kurda a las autoridades.

Pero el punto más, interesante de la alocución del ayatollah fue, sin lugar a dudas, su mención al Ejército, cuyas reticencias de cara a su intervención en el Kurdistán, y a pesar de la reciente promulgación de las leyes sobre la insumisión, no se han desvanecido. Jomeini reafirmóque las tres fuerzas -Ejército, policía y Guardianes de la Revolución- debían fortalecer su cooperación y recordó que «todo el que no lo, haga será considerado como criminal y será tratado en justicia».

En cambio, Jomeini dio a entender que las medidas, draconianas adoptadas contra la prensa podrían ser reexaminadas por los tribunales revolucionarios islámicos, que decretaron la suspensión de unas treinta publicaciones. Tras estudio de los expedientes, la reaparición de ciertas publicaciones que no difundan sistemáticamente informaciones contrarias al Islam y a la nación podría ser autorizada.

Ejecuciones

El martes, según informó ayer la prensa iraní, catorce presos de la prisión de Tabriz, que habían participado en un motín, fueron ejecutados. En cambio, según informaciones recibidas en Madrid, los doce trotskistas militantes del Partido Socialista de los Trabajadores, condenados a muerte, no habrían sido todavía ejecutados. En Madrid también, la LCR, UGT, CCOO, USO, PSOE, PCE, MCE y PTE solicitaron a la embajada de Irán que no sean ejecutados los militantes trotskistas.

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