El debate costará cien millones de pesetas
Una conferencia monstruo sobre La ciencia y la técnica al servicio del desarrollo va a tener lugar en Viena entre los días 20 y 31 de agosto. La conferencia, que es el resultado de varios años de preparación, ha sido convocada por la Organización de las Naciones Unidas. Asistirán representantes de los Gobiernos de unos 150 países y, por lo menos, 135 de ellos han presentado trabajos sobre los distintos temas de la conferencia.El futuro del Tercer Mundo constituirá el núcleo del debate de la magna conferencia de Viena. Se discutirán las distintas maneras de utilizar adecuadamente la transferencia tecnológica y científica a los países en desarrollo al objeto de elevar el nivel y la calidad de la vida.
Los temas principales a debate serán: El papel de la ciencia y la técnica en el desarrollo; Impedimentos para un mejor aprovechamiento de adecuadas posibilidades de ayuda; Creación de medidas institucionales y financieras adecuadas, y Posibles nuevas formas de cooperación internacional en el campo del desarrollo tercermundista. Los delegados gubernativos tratarán sobre la posibilidad y la determinación de la ciencia y la técnica en el futuro.
La conferencia costará 1,42 millones de dólares, casi cien millones de pesetas. Félix Slavik, uno de los promotores de la conferencia, declaró en Viena que el hambre del Tercer Mundo tiene que ser saciada inmediatamente. Slavik considera que el desarrollo de la infraestructura del Tercer y Cuarto mundos no debe pasar necesariamente por encima de los cadáveres de una posible revolución. Por ello, Slavik propuso que países ricos y pobres se sentaran en una misma mesa y colocaran sobre el tapete exigencias y posibilidades para llegar a un acuerdo.
El señor Slavik es consciente de que tanto Alemania Federal como Austria están hoy a la cabeza de los países desarrollados debido a la ayuda financiera que recibieron de Estados Unidos tras la segunda guerra mundial a través del Plan Marshall. Una ayuda en este sentido debieran prestar hoy los países industriales a los países pobres y en vías de desarrollo.
Fuentes allegadas al grupo de los 77, que preside el embajador peruano en Viena, Gustavo Silva Aranda, consideran que la ayuda de los países ricos no puede en ninguna manera condicionar la soberanía del país receptor. El problema, en la actualidad, estriba en que la llamada «ayuda al desarrollo» no siempre produce los efectos beneficiosos deseados en los países receptores, sino que constituye una especie de neocolonialismo inaceptable.
Si los países ricos no consiguen canalizar la ayuda al desarrollo de modo que permita a los países tercermundistas desenvolverse por sí mismos, el futuro se presenta con tintes sombríos, puesto que golpes de Estado, revoluciones y guerras civiles del Tercer Mundo pueden tener consecuencias imprevisibles para todos, según Slavik.
Los trabajos que van a ser presentados en la conferencia de Viena son informes nacionales condensados a mediados del año pasado en cinco reuniones generales, el trabajo de las cuales consistió en extraer un programa mundial de acción. Los representantes europeos se reunieron en Bucarest, pero el encuentro quedó ensombrecido por el conflicto Este-Oeste y no se obtuvieron apenas resultados positivos. Los países del Tercer Mundo elaboraron un contraprograma, concluido recientemente, y entre los dos se ha efectuado un programa global que es el que debe discutirse y aprobarse en la conferencia. Fuentes diplomáticas latinoamericanas comentaron a la agencia Efe que los debates serán arduos, ya que existen muchas lagunas en el proyecto que va a someterse a discusión. La ONU recogió las presiones tercermundistas para la creación de un «nuevo orden económico internacional». Sin embargo, la discrepancia surge en el preciso momento en que se intenta la definición de lo que pudiera ser ese, «nuevo orden económico internacional».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.