La obra de José Subirá, vital para la historia musical de Madrid

José Subirá (Barcelona, 1882) es un musicólogo sin cuya vital aportación la historia musical de Madrid sería hoy prácticamente desconocida, dispersa y difuminada. El Ayuntamiento de la capital reconoció esta dedicación. José Subirá, doctor en Derecho, compositor, pianista, colaborador de enciclopedias musicales extranjeras es, sobre todo, un intelectual que sigue desarrollando su trabajo con una ilusión inquebrantable.

Al filo de los 97 años, José Subirá ha recibido de manos del alcalde la Medalla de Madrid. Pocas veces una condecoración adquirirá tan hondo significado de reconocimiento. Porque, no obstante la universalidad de su talante y de su obra, José Subirá empeñó décadas de su existencia en la investigación y estudio de temas musicales madrileños en un conjunto de trabajos auténticamente monumental.¿Qué sabríamos de la historia y realidad musical de Madrid si Subirá no hubiera existido? ¿Cómo podríamos seguirla hasta los más minuciosos detalles sin la entrega completa y el agudo saber de este ilustre barcelonés de mirada penetrante? Imaginar tan grave inexistencia produce el vértigo de los grandes, inmensos vacíos. Por fortuna, Subirá vivió y vive en plenitud de su capacidad intelectual y, lo que es más eminente, conserva fresco un caudal de ilusiones. Por lo pronto, todo esto viene a simbolizar el pequeño círculo dorado de una medalla.

Recordemos brevemente: los catálogos de la Biblioteca Nacional, de la Municipal, de la Academia de Bellas Artes; la historia de nuestro sinfonismo, del teatro Real, del Coliseo del Real Palacio, de la Casa de Alba; los estudios sobre Iriarte y el melólogo o los cuatro tomos dilucidadores de la tonadilla escénica cuyo lugar exacto -como escribió Sopeña- es, con el Palacio Real y el de Liria, el estrado de la Academia. Junto a este corpus, cientos y cientos de ensayos y artículos, muchos de ellos recogidos en el volumen Temas musicales madrileños, volanderos otros por anuarios, revistas y publicaciones nacionales y extranjeras.

De dónde saca tiempo Subirá para llevar a cabo tanto trabajo, es algo que escapa a la lógica de nuestro vivir cotidiano. Pues si pensamos en cuanto ha escrito y publicado no especificamente madrileño; si anotamos su labor como bibliotecario en la academia; si le perseguimos por los archivos de las iglesias madrileñas a la caza de datos, fechas y demás rastro de los músicos de la corte; si comprobamos su ocupación en la dirección del Boletín de la Real Academia de San Fernando o en el Instituto de Estudios Madrileños, la cabeza nos da vueltas para llegar a una conclusión: Subirá descubrió, desde los días de juventud, un tempo peculiar para su vida y su acción que poco tiene que ver con el de la mayoría de los inmortales. Claro que el estirón temporal se logra en buena parte a base de renuncias. Volcado en su trabajo, don José Subirá supo prescindir siempre de toda distracción más o menos vana y aún atendiendo a los aconteceres del mundo exterior sabe interiorizarlos, filtrarlos en el repertorio de sus meditaciones y exigirles que den algo.

Característica diferencial del saber, tan exigente por otra parte, de José Subirá es la de alcanzar exposiciones claras y amenas como fruto de quien domina el arte de la agudeza y la conversación. Es así Subirá una suerte de académico-popular y su obra cumple, con la mayor amplitud, funciones sociales insustituibles al conciliar extremado rigor y claridad expositiva. Ni pedanteria, ni lucimiento entre iniciados, ni, menos, torre de marfil. Subirá trabaja para todos y por muchos en un alarde de utilidad intelectual. Gracias a él la tonadilla sube al estrado de la academia y el saber académico se extiende luminoso a todos cuantos quieran conocer el ser y suceder, la vida y la historia musical de Madrid.