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"Arte después del 68", en la Bienal de Venecia de 1980

Con el tema del Arte despúés del 68 tendrá lugar del 1 de junio al 24 de septiembre de 1980 la próxima edición de la Bienal internacional de arte de Venecia. Con esta convocatoria el sector de Artes Visuales inicia su andadura cuatrienal y estrena director: Luigi Carluccio.

Que estamos en una nueva etapa de la Bienal es algo evidente, no sólo por la renovación general del consejo directivo, el presidente (Giuseppe Galasso) y los respectivos directores de Sector (Carluccio, para Artes Visuales; Scaparro, para Teatro; Messinis, para Música; Portoghesi, para Arquitectura, y Lizzani, para Cine), sino por las polémicas en la prensa y las recientes dimisiones (Carandente, Meccoli y Maldonado) que han tenido lugar.Tras la crisis del 68 y la contestada edición del 72, la Bienal de Venecia inició, con la reforma de sus estatutos en 1973, una nueva etapa por períodos cuatrienales que la configuraban como un instituto permanente de cultura con carácter interdisciplinar. Finalizado el discutido y creativo primer período -presidido por Carlo Ripa di Meana con la contribución especial de Vittorio Gregotti en Artes Visuales y Arquitectura- con manifestaciones culturales y políticas del renombre de las dedicadas a Chile (1974), España (1976) y la Disidencia (1978), así como las muestras monográficas sobre Man Ray, el Racionalismo italiano o el Arte y la naturaleza, resultaba bastante difícil superar no sólo el número de visitantes -cuyo récord de todas las ediciones se consiguió con la exposición española de 1976-, sino el interés de las manifestaciones patrocinadas en el cuatrienio anterior. Con este precedente, el profesor de historia de la Universidad de Nápoles, Giuseppe Galasso, emprendía en 1978 la nueva etapa del ente veneciano.

Que el sector de las Artes Visuales es uno de los grandes atractivos de la Bienal de Venecia es algo que está claro hace mucho tiempo. De hecho suele ser el sector de mayor presupuesto y complejidad, pues comporta no sólo el patrocinio de una o varias exposiciones por parte de la Bienal, sino el concurso de al menos una treintena de países que, por otra parte, tienen que asumir un tema discutido cada dos años en un Congreso que no siempre goza de las preferencias de todos los países participantes.

El tema de la edición de 1980, propuesto por Carandente y aprobado en el reciente encuentro internacional de los países invitados a la Bienal, hace referencia a la búsqueda y trabajo que los artistas han realizado entre 1968 y 1980. Sistematizar en una muestra histórica -Giardini de Venezia- y en multitud de exposiciones estatales/ nacionales el discurso artístico, en sus aspectos renovadores, de esta última década, es el reto de la próxima edición. Luigi Carluccio (crítico de arte del semanario Panorama y la Gazzeta del Popolo y divulgador en Italia de importantes muestras de Bacon, Giacometti y Sutherland) sabe bien las dificultades y el compromiso que tiene por delante. Según afirmaba recientemente «la edición del ochenta del sector de Artes Visuales de la Bienal no es mi edición. No pienso cambiar nada, sino en encontrar las vías para realizar lo mejor posible el tema propuesto». De cualquier manera, Luigi Carluccio (según me comentaba recientemente) es consciente no sólo del papel que en este período han jugado países como Francia, Inglaterra, Alemania y España, sino del atractivo tradicional que suelen tener los pabellones de los países citados.

Para mediados de septiembre próximo Giuseppe Galasso ha convocado nueva reunión de los países invitados. En ese encuentro estará ya decidido el comité internacional directivo de Artes Visuales (Carluccio es partidario de que haya tres miembros extranjeros y dos italianos, por aquello de que los foráneos litigan menos) y el programa definitivo de exposiciones patrocinadas por la Bienal.

En el caso de la participación española, tras las últimas experiencias (una comisión invitada en el 1976, y el director del CINFE y colaboradores, en el 1978) y recientes cambios en el Ministerio de Cultura, queda planteada la incógnita de quién decidirá esta vez una participación tan interesante y comprometida como la de esta edición. Sea como fuere, Luigi Carluccio promete especial atención a los pabellones francés, inglés y español.

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