UCD y la electricidad

La opinión de EL PAIS sobre la total carencia de contenido en mis intervenciones en el Congreso de los Diputados el pasado día 28, me obliga a tratar de explicar de nuevo mis argumentos en contra de la nacionalización del sector eléctrico.1. La nacionalización, sea total, sea parcial, es técnicamente inútil, porque las leyes jurídicas que rigen la titularidad de centrales y líneas no pueden sustituir a las leyes físicas que rigen la producción y transporte de la electricidad. Los partidarios de la nacionalización, aunque pusieron mucho énfasis en su declaración, no dieron un solo argumento técnico a favor de su tesis, y ello puede comprobarse en el Diario de Sesiones.

2. La nacionalización total (como se hizo en algunos países europeos como consecuencia del volumen de inversiones exigido por la reconstrucción de la red después de la guerra) es financieramente imposible hoy en España, salvo que la indemnización fuera irrisoria y equivaliera al expolio de los accionistas. Ello es así, porque el pago de un precio justo supondría la bancarrota del Estado expropiador. A juicio del lector dejo estimar si es prudente cargar hoy a un sector público muy deficitario y que consume una parte excesiva de nuestras disponibilidades líquidas con una expansión técnicamente innecesaria.

Sin embargo, el mantenimiento y desarrollo del sector eléctrico exige inversiones cuantiosas, y si éstas no son posibles a cargo del sector público, la electricidad nacionalizada decae en cuanto a calidad y seguridad en servicio. No faltan ejemplos comparados en países europeos que, al nacionalizar el sistema eléctrico, lo han en carecido, descuidado y empeorado.

3. La nacionalización total es políticamente inconveniente desde el punto de vista de una sociedad política y socialmente libre, y, por tanto, necesariamente basada en la libertad económica. En efecto, al contrario que en otros países, en España el accionariado de las compañías eléctricas se halla repartido entre más de un millón de accionistas y, además, es una industria puntera cuya nacionalización tendría un efecto socializador multiplicador en la economía nacional.

4. La nacionalización parcial de la red de transporte de alta tensión es técnica y económicamente inconveniente al desintegrar el sistema producción-transporte-distribución al introducir un intermediario innecesario que adquiere la electricidad a los productores y se la vuelve a vender para su distribución.

5. La nacionalización parcial es políticamente reaccionaria, al dejar en manos privadas la fase lucrativa, la distribución, quedando a cargo del sector público las fases que exigen inversiones más costosas.

Ninguno de estos argumentos fue refutado en los turnos de réplica, que apenas rebasaron el nivel bastante fácil del improperio.

Por todo ello defendí, y el Congreso aprobó, mantener el actual equilibrio entre el sector público y el privado en el campo eléctrico, equilibrio que se ha demostrado sumamente fecundo para el buen servicio , sin perjuicio de potenciar el control estatal sobre el ciclo entero de la producción, el transporte y la distribución.

Diputado de UCD