El objetivo final
«( ... ) Alejadas las tensiones de las primeras horas en que comenzó a debatirse el proyecto de Sau, se ha evidenciado la conveniencia de abrir un turno de negociaciones entre el jefe del Gobierno y presidente de UCD y los líderes catalanes que encabezan formaciones que recibieron el respaldo popular. Porque, si el objetivo es el autogobierno de Cataluña, cualquier medio para alcanzarlo será no s'ólo lícito, sino aconsejable, con tal de que se ajuste al marco constitucional y no contradiga, por tanto, los hábitos tradicionales de las democracias parlamentarias. Pues, conforme ha manifestado Jordi Pujol, "la declaración colectiva de no ir a negociar a la Moncloa no era realista".(...)El buen sentido, en aras de la eficacia, se ha impuesto. Innecesarias parecen ahora pasadas polémicas que contribuyeron a crear un cierto clima de recelo en algunos sectores de la opinión pública. Porque si la opinión pública del resto de España ha demostrado ser favorable a las autonomías, y a la autonomía catalana en un grado muy superior al que se registraba en 1931 y 1932 -cuando estaba en discusión en las Cortes el proyecto de Nuria-, bueno será evitar cualquier torpeza que pudiera poner en peligro esta buena disposición.
La fórmula de la negociación personal, junto a la continuidad de los debates en el seno de la ponencia, refrendado todo ello por la Comisión de los 21, culminará, no lo dudamos, en la aprobación de un estatuto, cuyas bases -los propios representantes en Cataluña del partido en el Gobierno lo han reiterado- sean las propuestas contenidas en el proyecto redactado en Sau.»
, 28 de julio
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