¿A quién interesa que desaparezca el cine español?
El día 1 de diciembre de 1977, el BOE publicaba el texto de un real decreto de 11 de noviembre en cuyo artículo 17 se fijaba una cuota de pantalla por la cual las salas comerciales de exhibición debían destinar, al menos, 120 días al año a la exhibición de películas españolas de largometraje (dos por uno).El hecho de que, en lo que va de año, sólo se hayan producido en España diecisiete películas se debe a que dicho real decreto significaba la supresión de la cuota de distribución del cuatro por uno. La experiencia de un año y medio ha demostrado que sin la cuota de distribución no hay cuota de pantalla, es decir, es imposible aplicar ese dos por uno. El descenso de la producción es una consecuencia de la desaparición de la cuota de distribución. La desaparición, además, de la cuota de pantalla, supondría no ya un descenso, sino la paralización total de la industria.
Ya durante el Primer Congreso Democrático del Cine Español se llegó a un consenso en torno a este tema. Si los productores, los exhibidores y los distribuidores, así como las centrales sindicales y la asociación de directores, han llegado al acuerdo que tanto la cuota de distribución como la de pantalla son necesarias y están dispuestos a negociar una aplicación, ¿cómo es posible que la Administración permita que ambas desaparezcan?
Para muchas personas relacionadas con la producción de películas españolas, la nueva normativa supondría el agravamiento del paro y subempleo.
