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CINE

"Memorias de Leticia Valle", segunda película de Miguel Angel Rivas

Miguel Angel Rivas pertenece a la más tormentosa promoción de la Escuela Oficial de Cinematografía, la que quedó cortada por el cierre de ésta. Rivas tuvo que optar por el difícil y lento aprendizaje de la profesión. Ayudante de Bardem, Berlanga, Summers, Aranda, Gil, Corbucci, etcétera, Rivas participa más tarde en la fundación de la distribuidora Arte 7, de la que luego se separa, pero con la que colabora para montar su primer largometraje: Borrasca (1977). Ahora, tras cinco semanas de trabajo en Cuenca, Segovia, Valladolid y Simancas, ha completado el rodaje de su segunda película, Memorias de Leticia Valle. Informa Fernando Trueba.

«El proyecto de hacer esta película existe desde hace dos años. En principio, fue casi un encargo. Mi amigo Alberto Porlán me habló de la novela, de la posibilidad de hacer con ella una película y de que yo la dirigiera. Leí la novela y me interesó mucho. Me atrajo porque era una historia en la que no ocurría nada, no había acción, era la descripción de un universo cerrado, y en aquel momento me apetecía este tipo de historia. Luego empecé a trabajar en el libro y me fui encariñando con él, hasta el punto que, cuando falló la producción, yo seguí adelante con él. Porque en un principio la película la iba a producir Televisa, con un gran presupuesto, ¡incluso hablaban de Brooke Shields para el papel de Leticia Valle! Pero es como el cuento de la lechera, pasan de eso a no hacer la película. Luego el proyecto pasó a manos de la Warner, pero vieron Borrasca y decidieron no hacerla porque dijeron que era una de las peores películas que habían visto en su vida. Mientras estábamos en negociaciones, me llegó el rumor de que estaban dispuestos a hacerla, pero poniéndome un supervisor, y añadiendo algunas escenas de lesbianismo ... »«Con las grandes casas te acabas aburriendo, porque, al fin y al cabo, tienes que montarlo tú ... ; la verdad es que me ha costado mucho más trabajo montar esta película que la primera. Ha sido infernal.»

Memorias de Leticia Valle, la primera novela de Rosa Chacel que se lleva al cine, se publicó hace 33 años. En su guión han trabajado Alberto Porlán, Maribel Alonso, Miguel Angel Rivas y la propia Rosa Chacel.

«Desde el primer momento pedí que Rosa Chacel colaborara en el guión y, sobre todo, en la construcción de los diálogos, porque yo dialogo bastante mal. Así que impuse, en cierta forma, su presencia, aunque ella en principio no estaba muy convencida de entrar en esta empresa, ya que estaba muy delicada de salud y, además, confiaba plenamente en Alberto Porlán.»

Muchas veces el autor no es el más indicado para autoadaptarse. La adaptación cinematográfica de una novela necesita en muchas ocasiones de esa falta de respeto, de un pragmatismo que los autores, muchas veces, no poseen.

«El proceso de adaptación ha sido muy radical. La película posee veinte secuencias que no existen en la novela, y unas ochenta páginas de ésta han desaparecido en la película. Yo creo que todo este tipo de modificaciones es mejor discutirlas con el autor. Todos los cambios los hemos hecho de mutuo acuerdo. La versión que se ha rodado ha sido el octavo guión, yaq ue durante todo el tiempo que la película tardó en montarse hemos podido ir perfeccionándole con mucha tranquilidad. »

Ambientada a finales de 1912 y comienzos de 1913, Memorias de Leticia Valle es la crónica del despertar de una niña al mundo de los adultos. «En la novela -comenta Rivas- hay una cosa muy clara, que es la formación de un triángulo integrado por la niña y sus dos educadores. Un triángulo muy sutil que se va reforzando a lo largo de la historia y que, se adivina, ha de estallar de algún modo. La contención erótica sugerida durante toda la novela era lo que más me atraía convertir en imagen. Creo que Memorias de Leticia Valle es una película erótica, pero en la que no hay ninguna concesión de imagen al erotismo, donde todo es un juego de miradas, diálogos, pequeños detalles, etcétera. Leticia es un personaje enormemente complicado. Es un personaje victorioso desde el principio, una niña que sabe utilizar a los adultos. Creo que la película va a ser, en muchos aspectos, un filme feminista: la historia de una adolescente que, en una época conservadora, en un pueblo de Castilla, tiene la fuerza suficiente como para involucrar a los adultos a su juego. Y esto no está en la novela, entre otras cosas porque Rosa Chacel no es en absoluto feminista».

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