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Centenares de muertos en los bombardeos de los barrios controlados por los sandinistas

Miles de personas huyen de Managua a campo traviesa, mientras los últimos bombardeos se han cobrado centenares de víctimas -9.000 según fuentes sandinistas, aunque esta cifra parece muy abultada- en los barrios de la capital que controlan los guerrilleros, al sureste de la ciudad. Somoza ha prometido medidas represivas para los funcionarios que no acudan al trabajo. En el área centroamericana destaca el viaje del presidente panameño, Arístides Royo, a Venezuela, con la guerra nicaragüense como telón de fondo y las presiones mexicanas para conseguir un aislamiento del régimen de Somoza, sobre el cual pende un probable boicot político por parte de los países del Pacto Andino.

Un numeroso grupo de guerrillero sandinistas penetró nuevamente en territorio nicaragüense a través de la frontera con Costa Rica. La entrada se produjo en las proximidades del cerrado puesto aduanero de Peñas Blancas. Presumiblemente, el grupo sandinista está integrado por los combatientes que la semana pasada, se replegaron en territorio costarricense después del ataque lanzado por la Guardia Nacional en la zona de El Naranjo. La aviación nicaragüense envió a la zona aparatos de combate que bombardean a las fuerzas del FSLN. Según noticias sin confirmar, el destacamento guerrillero ha penetrado unos cien metros en territorio nicaragüense.A primera vista el Gobierno parece recobrar, muy poco a poco, el control de Managua, escenario de los más duros enfrentamientos de los últimos días. Esto no quiere decir que los combatientes del FSLN se hayan replegado fuera de la capital o hayan huido. Simplemente, la Guardia Nacional ha aislado en zonas concretas los focos más activos. Hay un hecho objetivo: la GN dispone de más hombres que el FSLN, de mejores armas y de un asegurado suministro de municiones, mientras que el Frente está utilizando las reservas que pudo introducir en la capital en los días anteriores a la ofensiva.

Los dirigentes del FSLN han tratado de hacer llegar a sus columnas de Managua refuerzos en hombres y armas. Así lo indican los combates ocurridos entre la Guardia Nacional y los sandinistas, en diversos puntos del área que rodea a la capital. Es muy posible, de todas formas, que alguno de esos convoyes de apoyo haya conseguido traspasar las líneas de vigilancia de la Guardia Nacional.

El Ejército sigue empleando toda su fuerza en lo que llama «operación limpieza». En la tarde del jueves los aviones ametrallaron algunas zonas de Managua y lanzaron cohetes contra zonas que se suponían en poder de los sandinistas. Tanques Sherman y tanquetas eran empleados por la Guardia para la limpieza de barricadas, que aún son muchas en toda la ciudad.

La ofensiva sandinista no ha terminado. A medida que en Managua van perdiendo virulencia los combates, aumentan las noticias sobre la reanudación de los enfrentamientos en otros puntos del país. La mayor actividad bélica se produce en el norte y noroeste de Nicaragua, sobre todo, en el triángulo de León, Chinandega y Chichigalpa. El tráfico de aviones y helicópteros hacia la primera de dichas ciudades fue constante durante todo el jueves, y la frecuencia de los viajes al hospital militar, situado en la loma de Tiscapa, en Managua hace pensar en que el número de bajas es grande.

Los combates son muy fuertes, igualmente, en Estelí, Matagalpa y Diriamba, ciudades parcialmente dominadas por el FSLN.

Para conseguir, al menos, una sensación de seminormalidad, el Gobierno de Somoza está tratando por todos los medios que los empleados y funcionarios públicos acudan a sus lugares de trabajo. La radio nacional, la única que emite, hace constantes llamamientos en este sentido.

En la mañana del viernes, dicha emisora anunció algunos lugares de la capital donde el Gobierno estaba distribuyendo alimentos, e hizo ofertas de trabajo a los desempleados para integrar brigadas que limpien de barricadas la ciudad. La respuesta ciudadana a estos llamamientos es, no obstante, muy escasa. La mayoría de la población está fuera de sus lugares habituales de residencia. El éxodo, fuera de la capital o hacia zonas más tranquilas de ésta, ha sido y sigue siendo enorme. Los lugares de refugio, como la Cruz Roja, el seminario nacional y otros, ya no pueden recoger a más personas.

Los súbditos extranjeros residentes en Nicaragua se han contagiado de esta necesidad de huir. El viernes fue el día de las evacuaciones. Diversos Gobiernos enviaron a Managua aviones para repatriar a sus compatriotas. Españoles, suizos, alemanes, franceses, colombianos y brasileños salieron ayer de Nicaragua, muchos de ellos con la firme intención de no volver, tal es el estado de ánimo que les embarga. Curiosamente, en algunos casos se ha utilizado la pista de aterrizaje de la finca Montelimar, propiedad de Anastasio Somoza, para la llegada y la salida de los aviones de evacuación.

El drama humano de los nicaragüenses es, sin duda, lo más resaltable de la presente hora. Familias destrozadas, haciendas irrecuperables, casas destruidas, empleos perdidos. Justamente lo más difícil de recuperar una vez que finalice la guerra, si es que acaba.

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