UCD asalta el Consell

La noticia de que la negociación de la composición o, más exactamente, la presidencia del Consell está llevándose a cabo en Castellana, 3 (Madrid), es algo que rompe todas las estructuras. ¿Porque qué tipo de autonomía se puede conseguir cuando es preciso ir a Madrid a negociar la composición del actual órgano de autogobierno del País Valencià?Si el señor Abril es vicepresidente segundo del Gobierno, ése es su problema; en este caso creo que sólo es un diputado o parlamentario más de los que constituyen el Plenari. Si no da abasto, que renuncie (por cierto, ¿qué hay de su promesa electoralista de estar frecuentemente en su distrito electoral?). Los que no podemos renunciar somos los que estamos sufriendo la falta de seriedad y de una política definida de UCD.

El que las negociaciones se estén llevando a cabo en Madrid es sólo la nota final, por ahora, en la escala (escalada) golpista de UCD en el País Valencià. Si no, ¿cómo puede interpretarse el hecho de que intente -bueno, ya lo ha llevado a término- «imponer un Consell de UCD a un país que ha votado mayoritariamente izquierda desde el 15-J? ¿Y el constante boicot al Consell? ¿O el golpe de mano último, para el asalto al poder, de la manifestación contra la senyera del Consell?

Claro está que esto no sería posible si la izquierda valenciana no fuese de las de guante blanco. Quisiera recordar a las izquierdas valencianas valencianistas que «el País Valencià será d'esquerres o no será». Que recuerden que tienen el repaldo mayoritario de las urnas para hacer política desde y para el país y que no deben renunciar a nada de lo que el pueblo valenciano quiere y necesita.

¡Ah! Y recordarles que UCD (especialmente la de nuestra sucursal) no negocia: impone.