Temor a la "cubanización" de la isla de Granada
Las supuestas vinculaciones del nuevo régimen de la isla de Granada, en el Caribe, han provocado una serie de reacciones destempladas que amenazan con romper la tranquilidad de esta casi desconocida zona del mundo. El climax de esta situación se ha alcanzado en una reunión de alto nivel, clausurada el miércoles, entre los primeros ministros de Santa Lucía, Dominica, Monserrat, Antigua, San Vicente y San Kitts, en la que se analizó la actitud a tomar ante la presunta cubanización del Gobierno de Maurice Bishop.
Desde que el pasado 13 de marzo, Bishop y sus seguidores derrocaron al antiguo primer ministro, sir Eric Gairy (una especie de trágico bufón, aficionado a la brujería, los ovnis y a la eliminación física de sus opositores), las nuevas autoridades de la isla se dirigieron a varios Gobiernos vecinos en solicitud de ayuda para consolidar el Gobierno y recuperar la quebrantada economía del pequeño país. Los hechos demostraron que solamente Cuba reaccionó ante las peticiones de Bishop.A partir de ahí surgieron las sospechas de la alineación castrista del nuevo régimen granadino. Un diario conservador de Caracas, El Universal, en uno de sus contadísimos editoriales, llamó la atención del Gobierno venezolano sobre la responsabilidad que los países democráticos de la zona tenían para con las pequeñas repúblicas del Caribe, sobre todo si se quería evitar un aumento de la influencia cubana en la zona; «Si no les ayudamos nosotros -venía a decir la tesis de El Universal-, no nos quejemos más tarde de que esos países caigan en la órbita cubana».
Contragolpe de Gairy
Paralelamente, el propio Bíshop denunciaba que el depuesto Eric Gairy, en colaboración con la CIA y un grupo de exilados anticastristas, preparaba un contragolpe para recuperar el poder, plan que incluía, entre otras cosas, el asesinato del actual primer ministro y de sus más inmediatos colaboradores. El departamento de Estado norteamericano, a través de su embajador en Brigdetown (Barbados), se vio obligado a desmentir tales afirmaciones y a tranquilizar a los Gobiernos de la zona.
No son aventuradas, sin embargo, las informaciones sobre la ayuda cubana al nuevo régimen de Granada. El Gobierno de La Habana ha enviado a Saint Georges, la capital, expertos en educación y planificación agrícola. Un carguero cubano, el M. S. Matanzas, atracó hace algunos días en el puerto de la capital y, en una operación realizada de noche y en medio de grandes medidas de seguridad, descargó numerosas cajas que, según muchos suponen, contenían armas. Lo que parece más fantasioso es la afirmación de un periodista de Trinidad, Frank Philips, qu len llegó a asegurar que el golpe de Estado que derrocó a Gairy fue minuciosamente preparado por Bishop (a quien se cita como asiduo visitante de La Habana), en la embajada de Cuba en Georgetown, la capital de Guyana, con la ayuda de asesores militares cubanos y que una docena de oficiales del ejército de Castro participaron directamente en las primeras operaciones de toma del poder.
Quienes conocen a Maurice Bishop aseguran que posee unas conviccíones democráticas muy acentuadas, adquiridas durante su formación universitaria, como economista, en Londres. Bishop, de 34 anos, es un nacionalista caribeño, tradicional opositor de los modos represivos del depuesto Eric Gairy y del control económico que sobre la mayoría de los 125.000 habitantes de la pequeña isla ejerció durante lustros un pequeño grupo de amigos y privilegiados de Gairy.
El propio Bishop ha insistido en sus intervenciones públicas en esos propósitos democráticos. Ha prometido elecciones generales en un plazo no superior a seis meses, al tiempo, que insiste en señalar que su país necesita ayuda urgente «y la aceptaremos de donde venga».
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