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Foco infeccioso en la residencia sanitaria de Alicante

Siete de los dieciséis enfermos ingresados en la unidad de cuidados intensivos de la residencia sanitaria de la Seguridad Social de Alicante se han visto afectados por la infección del germen denominado klebsiella neumonie, germen que, en este caso, ofrece una alta resistencia a los antibióticos.

El origen de esta infección se remonta al pasado mes de marzo, cuando por falta de personal -concretamente, cuatro auxiliares de clínica, a las que se les rescindió el contrato sin que fueran sustituidas- hubo de cerrarse uno de los tres boxes , que componen la UCI y que permiten tener a los enfermos allí ingresados separados según su enfermedad. Al verse obligados, por falta de personal, a cerrar el box, se notificó a la dirección de la residencia sanitaria y a los directivos del INP, quienes respondieron con evasivas.Ante esta situación, los distintos enfermos ingresados tuvieron que mezclarse, sin tenerse en cuenta la enfermedad que padecían. De esta forma, se mezclaban no sólo las enfermedades, sino también las patologías. A primeros de este mes de mayo, la sección de bacteriología de la residencia sanitaria comunicó a la dirección la situación de riesgo que se corría en la UCI, y que existía un peligro de infección cruzada.

Finalmente, la infección se produce el día 11 de mayo. Entonces se toma la medida de colocar a todos los enfermos afectados juntos en un box y a los no infectados en el otro box, mientras se esteriliza al máximo el box cerrado para ubicar allí a los enfermos que todavía no padecían la infección,

Ya en agosto del 77 se produjo, también en la UCI, otra eclosión infecciosa, entonces originada por el germen denominado serratia, que condicionó siete muertes.

Estos hechos, con ser graves se inscriben dentro de toda una deficiente política en el citado centro sanitario, del que uno de los más destacados es su saturación. La residencia tiene oficialmente 532 camas, pero el número de enfermos se eleva a 640, que tienen que ser alojados en pasillos, despachos y salas de curas, con el consiguiente riesgo de enfermedades cruzadas.

Desde hace dos años, en que finalizaron las obras, se encuentra cerrado el centro de diagnóstico y tratamiento, que, posteriormente, y sin ser inaugurado, fue destinado a consultas externas del hospital. Las obras de su construcción costaron quinientos millones de pesetas.

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