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Reportaje:

El régimen mauritano necesita la paz para salir de la bancarrota

Entre la paz y la guerra, con la amenaza permanente de que un nuevo ataque polisario vuelva a desestabilizar el poder, y en medio de una situación económica que los organismos financieros internacionales califican de «bancarrota técnica», Mauritania se esfuerza por salir de ese círculo de confrontación en el Sahara que hoy no parece tener otra solución que la militar.Al haber aceptado las dos últimas resoluciones de la ONU, tanto la que confirma el reparto del Sahara occidental entre Marruecos y Mauritania como la que exige la autodeterminación de los saharauis, el Gobierno mauritano cree haber efectuado un gesto conciliador de primera importancia que, según el teniente coronel Uld Sidi, ya ha sido acogido satisfactoriamente por la OUA, pero que al mismo tiempo remite a la otra parte, Argelia y el Polisario, la responsabilidad de aceptarlo o no.

Este gesto procede del análisis que hace el CMSN del conflicto del Sahara y de los intereses de Mauritania, según el cual, a diferencia de Marruecos -para el cual su parte del Sahara tiene otro valor y otro significado-, Mauritania puede aceptar la autodeterminación saharaui en su parte correspondiente y las consecuencias que ésta lleve implícita.

Si bien la autodeterminación en el Sahara marroquí resultaría de una extrema complejidad, de acuerdo con el mismo análisis, en el Sahara mauritano las cosas serían mucho más simples. La población se ha autodeterminado de hecho cuando, según algunas fuentes mauritanas, unos 16.000 saharauis (de un total de poco más de 20.000 en el Sahara mauritano) se han pasado ya al Polisario.

A su posición actual han llegado en el CMSN ante todo porque, como reconocía el coronel Uld Sidi, Mauritania no tiene ni la vitalidad ni la economía para hacer la guerra.

Salvar a Mauritania, evitar su desintegración como país y hacer salir a flote su economía son, según el mismo Abdelkader, los objetivos prioritarios del CMSN.

Guerra entre Argelia y Marruecos

Esta actitud del CMSN, aparentemente lógica y sencilla, es, sin embargo, mucho más compleja de lo que aparenta. El CMSN parece haber calculado, con cierta frialdad, todas las hipótesis posibles en que puede desembocar el conflicto del Sahara. El coronel Uld Sidi parecía convencido de que para salir del actual callejón sin salida, e incluso para salvar su corona, el rey Hassan II de Marruecos no tiene más alternativa que hacer la guerra a Argelia.Para el coronel Abdelkader, por el contrario, el CMSN estuvo convencido de esta posibilidad hasta la semana pasada, pero cree que la tensión ha disminuido. El rey Hassan II, afirmaba, es un hombre inteligente que también quiere la paz, y sólo hará la guerra si le atacan o para defender la integridad territorial de su país. Las visitas de la comisión de la OUA han logrado que la tensión decrezca. La guerra, en el fondo, estima Abdelkader, no es una solución. Se necesitan contactos directos entre las partes, porque sólo mediante éstos se puede llegar a acuerdos.

La paz

¿Qué ofrece Mauritanía a Argelia? Ante todo le piden que comprenda que el CMSN quiere sinceramente la paz y que no se trata de ayudar a Marruecos contra Argelia, ni viceversa. O dicho con las palabras de Uld Sidi, «antes hicimos muchas concesiones sin contrapartida y habíamos emprendido un deslizamiento por un camino político que, por honroso que pueda ser en sí, no es el nuestro, sino el que han escogido otros regímenes más extremos».De momento, y a tenor de la situación financiera, el Gobierno de Uld Busseif dispone de muy poco tiempo -no más de hasta después del verano, según algunas fuentes- para demostrar que su política puede traducirse en hechos concretos. Entre tanto, los problemas con la población escolar negra, que, por insignificantes que parezcan a simple vista, tocan el punto más sensible de los mauritanos, a tal grado que han decidido expulsar al único corresponsal extranjero en Nuakchott, el de la agencia AFP, por considerar que las informaciones que ha transmitido a este respecto son tendenciosas.

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