El Partido Comunista reclama una moratoria nuclear, con parada de las centrales en producción
La tramitación del proyecto del Plan Energético Nacional actualmente en las Cortes por el procedimiento de urgencia y la paralización de las obras actualmente en curso para la construcción de centrales nucleares son, junto a la creación de un Consejo de Seguridad Nuclear, las principales demandas en materia energética formuladas por el Partido Comunista de España ante el debate parlamentario sobre el tema, que tendrá lugar el próximo miércoles día 16 de mayo. Los comunistas insistieron también en su apoyo a la nacionalización de las centrales nucleares y el control público de la red de alta y repartidor de carga.
Las demandas comunistas fueron presentadas ayer por Eugenio Triana y Enrique Curiel, expertos del partido en cuestiones energéticas. Ambos expresaron su preocupación ante los indicios de que el Gobierno pudiera decidir una retirada del Plan Energético depositado en las Cortes y resolver por decreto y orden ministerial todo el abanico de cuestiones trascendentales que se plantean ante el futuro al país. Los representantes comunistas sugirieron incluso la posibilidad de que una decisión de este tipo provocara escisiones en el propio partido gubernamental, Unión de Centro Democrático, dada la postura en que quedarían de inmediato los diputados de su grupo por las circunscripciones en las que se ubicaran las centrales nucleares.En un comunicado distribuido ayer y ampliado posteriormente por los señores Triana y Curiel, se sugiere la creación de un Consejo de Seguridad Nuclear, dependiente exclusivamente del Congreso de los Diputados, cuyos dictámenes serían preceptivos para definir la ubicación y calificar los proyectos de construcción de centrales nucleares. Los comunistas se mostraron partidarios de aceptar la opción nuclear, siempre que mediaran las garantías imprescindibles de seguridad para la población. En este sentido, indicaron la conveniencia de paralizar las obras actualmente en curso, por entender que persisten un buen número de incertidumbres técnicas respecto de los índices de seguridad de las centrales nucleares. Los comunistas descartaron que esta paralización, que se traduciría inevitablemente en un retraso sobre las previsiones de puesta en servicio de las centrales ya autorizadas, pudiera provocar problemas de abastecimiento. Como alternativa a esta paralización, los comunistas propugnan el desarrollo de un plan de aprovechamiento intensivo de los recursos nacionales, además de una aceleración o cuando menos un cumplimiento estricto de los plazos previstos en materia de construcción de centrales térmicas de carbón.
Respecto al tema concreto de los emplazamientos de las centrales nucleares, los comunistas propugnan que los respectivos entes autonómicos tengan capacidad para elaborar informes preceptivos sobre la instalación de centrales y, en su caso, realizar consultas populares y democráticas al respecto. No quedó muy claro el mecanismo a seguir en el caso de que los criterios resultaran contrapuestos.
Contra las subidas de precios
Otro tema abordado en la reunión informativa fue el relativo a los precios. Los comunistas estiman que una elevación de los actuales precios de las gasolinas sería escasamente efectiva en términos de reducción de consumos, ya que su carácter disuasorio es más que discutible. Por el contrario, los comunistas sí estiman aplicables programas de reducción de consumos por vía de racionamiento, citando en concreto el ejemplo de las medidas recientemente adoptadas en el estado de California. Los representantes del PCE llamaron la atención sobre los datos de la estructura del consumo energético español, del que sólo un 20% corresponde a consumos domésticos, frente al 40 % de la República Federal de Alemania y porcentajes parecidos en los restantes países desarrollados. Las medidas de ahorro energético deben ir dirigidas -según el PCE- a los sectores industriales, en los que se encuentra concentrado el mayor porcentaje de consumo energético del país. No obstante, los expertos comunistas estimaron que no deben incluirse en esos programas consumos como los agrícolas y pesqueros, a los que debe mantenerse el actual grado de subvención. Como cambio inmediato, los comunistas estiman deben invertirse las actuales estructuras tarifarias del sector eléctrico, actualmente incentivadoras del consumo superfluo.
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