La Organización Mundial de la Energía Nuclear no se pronuncia sobre la seguridad de la central de Lemóniz
Los criterios en base a los que hasta el momento se ha definido el nivel de seguridad de las centrales nucleares ¿siguen siendo válidos tras Harrisburg? Esa fue, entre otras, la cuestión que quedó sin respuesta en la rueda de prensa que ofrecieron ayer en Lemóniz los componentes de la comisión de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), encargados de realizar, a instancias del Consejo General Vasco, un informe sobre la seguridad de la planta nuclear que se construye a veinte kilómetros de Bilbao.Aunque el informe no estará ultimado hasta dentro de varios meses, los miembros de la comisión quisieron adelantar algunas de las conclusiones obtenidas tras su visita a las instalaciones y estudio de los informes técnicos y planos de la obra. Tales conclusiones se limitan, sin embargo, a constatar que «en base a las afirmaciones de Iberduero, sus consultores y constructores, los criterios de seguridad y los requisitos que se utilizan siguen las prácticas que se aceptan en EEUU». La afirmación, presentada por escrito a modo de «comentarios preliminares», no parece que pueda tranquilizar mayormente a los numerosos antinucleares vascos.
Así, en un documento firmado recientemente por una treintena de ingenieros vascos se contestaba el informe sobre el accidente de Harrisburg ofrecido públicamente por Iberduero, basado, según los firmantes, en fuentes pronucleares americanas como el NRC.
No sólo esto. La Comisión de Defensa de una Costa Vasca no Nuclear reprochó al CGV haber solicitado el informe a un organismo como la OIEA, al que consideran «juez y parte» en la polémica nuclear. El artículo tercero de los estatutos de dicho organismo señala como su primera función la de «fornentar y facilitar en el mundo entero la investigación, el desarrollo y la aplicación práctica de la energía atómica con fines pacíficos».
Por lo demás, la comisión de la OIEA se mostró incapaz de responder a preguntas sobre la hipotética existencia de un plan de evacuación aplicable al entorno humano de Lemóniz -800.000 habitantes en un radio de veinticinco kilómetros- o sobre los efectos a largo plazo de pequeñas dosis de radiaciones. « La consideración sobre si ha habido pocos o muchos accidentes nucleares depende de la definición de accidente», opinó el doctor Beninson, antiguo director de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica de la Comisión de Energía Atómica argentina. «Si por accidente se entiende el desprendimiento de pequeñas dosis de radiación, ha habido muchos -añadió- Pero si sólo se entiende por accidente emanaciones verdaderamente serias, no ha existido ninguna.» ¿Y Harrisburg? El doctor Beninson reconoció que los riesgos potenciales habían sido muy grandes, pero que afortunadamente los efectos reales habían sido mínimos.
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