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Salvador Tavora: "«Andalucía amarga» pretende expresar el desarraigo del emigrante»"

La obra ha sido estrenada en Bruselas

Andalucía amarga, última creación teatral de Salvador Tavora, de la Cuadra de Sevilla, se estrenó en Bruselas dentro del marco del Festival Internacional del Nuevo Teatro, organizado por el Kaaitheater, con motivo de las festividades conmemorativas del milenario de Bruselas.Espectáculo sorprendente sobre el drama de la emigración en general, y andaluza en particular, Andalucía amarga recibe una crítica entusiasta de la prensa belga y del público que llena todas las noches los estrados de la pequeña iglesia inutilizada de Brigittines, en el barrio bruselense de Midi, donde residen gran parte de los emigrantes españoles en Bélgica.

Rompiendo con el contexto del teatro convencional, Salvador Tavora se sirve de escasos elementos para ilustrar su mensaje al espectador: un armonio, una guitarra, un monumental candelabro, un bote de pintura roja, varias herramientas y, sorpresa del espectáculo, una impresionante excavadora mecánica.

Tavora explica a EL PAIS el triángulo de su obra, que «pretende demostrar las sensaciones que causa el desarraigo del emigrante ». Una trilogía que va de los orígenes del pueblo andaluz, con sus candiles, olores y cantares, soporta el peso de una iglesia que influye sobre todo y sufre el duro entorno de la emigración. Los actores, emigrantes andaluces en Bélgica, salvo dos excepciones, recuerdan con su cante final, después de ser «comidos» por la pala excavadora, que aguantan la emigración «porque nos faltaba la sal pa el gazpacho y el aceite verde pa echárselo al pan. Vinimos porque nos dejaron las tierras quemadas y los pueblos blancos de trágica paz. Vinimos en un tren oscuro de olor a tortilla, volviendo la cara mil veces pa trás, son «cantes» flamencos situados en un contexto de angustia, expresados vivamente por los actores-trabajadores emigrados.

¿Puede el obrero emigrado captar el mensaje de Andalucía amarga? «El lenguaje de las máquinas, sopletes y canteras es universal», dice Tavora. El crítico teatral del diario católico conservador bruselense La Libre Belgique remata tal opinión cuando escribe: «Es un espectáculo para proletarios, interpretado por proletarios y explicando los problemas y las miserias de los proletarios.» No es una obra al estilo Brecht, ni tampoco un ejercicio para intelectuales que practiquen la «condición obrera» entre dos discursos refinados, según el mismo crítico teatral. Es evidente que el mensaje es claro, aun sin palabras.

El autor de Quejío, Los palos, Herramientas y Andalucía amarga, recuerda que esta última obra llega al público gracias a la ayuda material del Kaaitheater belga, que favorece «un nuevo lenguaje teatral. Aspira a conseguir montar el espectáculo en Sevilla. Se lamenta de la falta de apoyo en España para un grupo como la Cuadra de Sevilla a pesar de haber participado en 35 festivales internacionales de teatro, sin que el Ministerio de Cultura «ni conteste a una petición de ayuda para gas-oil para la camioneta, para ir a un festival internacional de teatro en Grecia», dice con «amargura» Salvador Tavora. Entre tanto, los servicios oficiales del Instituto Español de Emigración continúan paseando por Europa las obras de Tirso de Molina, con todos los respetos para el genial dramaturgo, pero un tanto fuera de la actual órbita, comentan emigrantes que acudieron a la premiére de Andalucía amarga, obra que recibe ofertas para próximas representaciones en París, Berlín y Estocolmo, cuyo público verá, probablemente, Andalucía amarga antes que el público español.

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