Suiza: reunión sobre los "delitos electrónicos"

Los altamente sofisticados sistemas electrónicos de ordenadores que se emplean cada vez más en las grandes empresas ofrecen el peligro real de ser objeto de actos delictivos, lo que constituye una seria amenaza para el futuro. Estos actos, que ya se han detectado en empresas de varios países, van desde la manipulación de datos hasta las facilidades que presenta para los fines del espionaje económico y tecnológico.El tema fue abordado en un seminario sobre La criminalidad económica que se realizó en la Escuela Superior de St-Gall (Suiza).

El profesor T. Fischer expuso una variada gama de riesgos y sugirió la creación. de un código que contenga medidas preventivas frente a esta amenaza. Suiza no dispone de estadísticas sobre los «delitos electrónicos», se constató en el seminario, pero si se hizo mención de uno de los casos más graves de manipulación de ordenadores, ocurrido hace poco en la Confederación Helvética, que produjo pérdidas a la empresa afectada de cerca de un millón de francos.

Las medidas de seguridad y control son extremadamente rudimentarias -se afirmó- y muchos de estos delitos pasan inadvertidos.

Según la agencia suiza de noticias (ATS), que informó ampliamente sobre este tema a raíz del seminario de St-Gall, los actos delictivos realizados con la ayuda de ordenadores, en Alemania, han sido detectados en una Proporción de, uno sobre diez, y según otra información, el 85% de esta clase de delitos de los «tiempos modernos» suceden sin que nunca sea identificado el malhechor, señalándose que éstos deben tener únicamente una formación especializada.

Según la misma fuente, el primero de enero de 1977 se detectaron en Estados Unidos, más de cuatrocientos casos.

Se señaló el caso, a manera de ejemplo, de una empresa norteamericana que debió cerrar sus puertas después del sabotaje de su ordenador.

Durante el desarrollo del seminario se indicó como una de las características más peligrosas de la «criminalidad electrónica» «el carácter permanente del delito», es decir, que se distingue de los delitos económicos tradicionales, en que, gracias a la electrónica, basta con manipular una sola vez el programador del ordenador para sacar provecho hasta que el fraude sea descubierto.