Un general egipcio crea un frente nacional de liberación
El general Saad Chazly, antiguo jefe del Estado Mayor egipcio y uno de los raros militares en criticar abiertamente al Rais, anunció ayer en Argel la próxima constitución de un Movimiento de Liberación Nacional Egipcio, y acusó a Estados Unidos «por no dejar otra puerta abierta a los árabes que la consolidación de los lazos militares con la URSS».
El hombre al que se atribuye la planificación de la guerra-relámpago del Yom Kipur, en octubre de 1973, dijo en conversación con el corresponsal de EL PAIS que sigue estando relacionado con sus antiguos compañeros de armas y aseguró que la firma del tratado egipcio-israelí ha creado «un «profundo malestar en el seno de las fuerzas armadas egipcias».Chazly considera que la caída de Sadat debe ser la «primera obligación» del mundo árabe, por cuanto ésta representaría la caducidad de los acuerdos con Israel. El tratado firmado por Sadat no constituye, en su opinión, más que una capitulación, ya qué El Cairo sólo obtendría una «supuesta autonomía» sobre el Sinaí, «que podría volver a ser ocupado, en todo instante, por Israel, dada su superioridad militar».
El antiguo jefe del Estado Mayor egipcio afirma haber analizado el contenido de los anexos militares al tratado y observado que éstos confieren una soberanía militar limitada egipcia sobre el Sinaí, debido a que no se autoriza a El Cairo más que a disponer de un pequeño contingente militar en esa zona. «No nos hacemos ilusiones. La relación de fuerzas entre Israel y el mundo árabe sigue siendo favorable a los primeros, por lo que no creo que habrá en lo inmediato una ofensiva árabe en el frente sirio-jordano.»
Para fortalecer las capacidades militares de ese frente sólo ve, «quiérase o no», un reforzamiento de la alianza militar con Moscú. A ese propósito, Chazly reveló la importancia que tuvo la asistencia militar soviética a Egipcio en el pasado, al indicar que, hasta 1973, cuando Sadat expulsó a los consejeros soviéticos, la URSS mantenía en Egipto un contingente de cien pilotos militares y «el 20% de todo el potencial de nuestra defensa antiaérea, que eran entonces 150 baterías».
Abundando en lo que considera como la «soberanía limitada egipcia» tras el acuerdo, dijo que es significativo que en éste se autorice a la aviación israelí a sobrevolar el territorio egipcio y a su marina el patrullar cerca de las costas egipcias, sin demanda previa y en violación del derecho internacional marítimo.
«¿Qué va a hacer ahora Arabia Saudita, que dejó a Egipto la tutela de las islas adyacentes al golfo de Agaba y cuya soberanía, en virtud del tratado, permanecerá hipotecada?»
Sin embargo, Chazly no se hace demasiadas ilusiones sobre la dimensión que podría tener «la respuesta común árabe», y piensa que en Bagdad va a materializarse una selección entre los países que seguirán ayudando a Sadat, «pocos», y los que romperán definitivamente con el régimen egipcio.
Acerca de las presiones que estarían en manos de los árabes, Chazly dijo a este corresponsal que él es partidario de pedir a los países exportadores de petróleo que disminuyan en un 10% su producción y usen esa arma, «aunque lo más inmediato sería adoptar sanciones económicas contra El Cairo»
Tampoco cree el general Chazly que Egipto se convertirá en «el nuevo gendarme de la zona». «Irán lo fue gracias a que pagaban ellos mismos las armas vendidas por Norteamérica. Sadat no puede hacerlo y, por otro lado, Estados Unidos no le facilitará armamento sofisticado, que podría ser utilizado contra Israel, si es derrocado ... »
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