Begin afirma que la paz con Egipto no pondrá en peligro la seguridad de Israel
El primer ministro israelí, Menahem Begin, abrió ayer el debate parlamentario sobre el proyecto de tratado de paz con Egipto con el fin de convencerles de que el citado acuerdo no pondrá en peligro ni la seguridad de Israel, ni la colonización judía en los territorios ocupados en Cisjordania y Gaza. De ahí sus palabras, sin duda sinceras, de que «jamás permitiremos el nacimiento de un Estado palestino».
, Begin también afirmó: «No aceptaremos ninguna limitación en la colonización judía en Eretz-Israel.» Cuando los judíos hablan del Eretz-Israel se refieren al Estado israelí existente antes de la guerra de 1967, más la Cisjordania y Gaza.El primer ministro inició su discurso con una solemne invitación a los diputados para que aprobasen el proyecto de tratado de paz. «Por primera vez en treinta años de hostilidad implacable de los árabes contra el renacimiento nacional del pueblo judío en su patria histórica, nos disponemos a abrir una brecha en ese muro de hostilidad, a levantar la hipoteca de un pasado y a afrontar el futuro con esperanza. »
Como es habitual cuando llegan las ocasiones excepcionales, Menahem Begin estuvo a la altura de sus mejores momentos oratorios y supo hacer frente, sin crispaciones y con ironía, a todos los ataques que, desde la derecha y la izquierda, fueron lanzados contra el tratado.
Dura réplica egipcia
La insistencia del primer ministro en el rechazo de un Estado palestino, así como el «derecho eterno» sobre una Jerusalén reunificada provocó inmediatamente una reacción crítica del primer ministro egipcio, Mustafa Jalil. Pero después de haber deplorado «el mal clima creado por las observaciones de Begin», el primer ministro egipcio se apresuró a dejar claro que ello no impediría la firma de la paz.Esta viva reacción egipcia no ha hecho surgir en Jerusalén ningún temor con relación a las intenciones reales de los egipcios.
En el transcurso del debate, el líder de la oposición laborista, Shimon Peres, aseguró a Begin que los diputados laboristas votarían a favor del proyecto de tratado, «a pesar de nuestras aprehensiones y nuestros desacuerdos sobre la autonomía propuesta».
El diputado comunista, Meir Vilner, advirtió a los parlamentarios que el tratado a debate «no preparaba la paz, sino la guerra», ya que no resolvía el problema palestino; y acusó al Gobierno israelí y al presidente egipcio Anuar el Sadat, de haber aceptado representar «el papel de gendarmes a sueldo del imperialismo norteamericano». Vilner acusó también a Begin de preparar la guerra contra Siria, «tras asegurarse la neutralidad de Egipto». Señaló que el único objetivo del tratado era «perpetuar la dominación israelí sobre Gaza y Cisjordania».
El diputado Moshe Arens, perteneciente al Likud -partido que preside Begin- y presidente de la Comisión de Defensa, afirmó que el peligro del tratado con Egipto reside en que no garantiza de ninguna manera la neutralidad de Egipto en un conflicto entre Israel y Siria y que la autonomía para los territorios ocupados acabará dando lugar a un Estado palestino. Este diputado, al igual que los comunistas, anunció que votaría en contra del tratado.
Tras diez horas de discusiones apasionadas, el «maratón de la paz» en el Parlamento israelí no ha hecho más que comenzar. En principio habían sido previstas diecisiete horas de debate para los 106 diputados inscritos en el turno de palabra.
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