Italia irá a las urnas antes del verano
Las elecciones anticipadas se dan como seguras en Italia, donde el Partido Comunista se halla a punto de pasar, definitivamente, a la oposición, dada la negativa democristiana a que figure en el Gobierno o a que el Gabinete, hasta las elecciones, cuente con independientes de izquierda nombrados con la aquiescencia comunista. La fecha de las elecciones concita también controversia entre socialistas y comunistas, ya que los primeros desean su coincidencia con las elecciones al Parlamento Europeo, el 10 de junio, mientras que el PCI quiere situarlas entre el 6 y el 13 de mayo. El primer ministro, Andreotti, ensaya entretanto un Gobierno con republicanos o con éstos y socialistas, pero esta formación parece condenada a la inestabilidad y su derrota acarrearía la disolución del Parlamento.
Ya no hay ni un solo observador político en la capital italiana que no dé por ciertas las elecciones anticipadas. Lo dicen hasta los políticos en entrevistas y discursos, que son ya electorales. El Partido Comunista, después de haber reunido ayer su dirección ha confirmado todas las condiciones que Berlinguer había puesto a Andreotti para poder apoyar un Gobierno, condiciones que la Democracia Cristiana había considerado el sábado pasado sólo «propagandísticas». Con una declaración del líder democristiano Guido Bodrato, el partido de Zaccagnini ha calificado de chantaje el hecho de que la DC tenga que formar Gobierno con los comunistas. Según Bodrato, «los comunistas saben muy bien que son una fuerza tan importante en el país que, sin su apoyo, es difícil gobernar con estabilidad». Los comunistas han respondido que no se les puede prohibir, al mismo tiempo, entrar en el Gobierno y estar en la Oposición. Con un lenguaje muy gráfico han afirmado que no están ya dispuestos a ser el «esparadrapo del centro izquierda» o de que la DC les conceda la gracia de «tenerles al baño María». El presidente de la Democracia Cristiana, Flaminio Piccoli, en una entrevista que publicará hoy el semanario L'Expresso, dice que la DC estaba dispuesta a aceptar algunos independientes de izquierda en el nuevo Gobierno, según la propuesta socialista, para salvar la legislatura, pero que todo se quedó en agua de borrajas cuando Berlinguer «provocó» al partido de la DC pidiendo que debían ser ellos quienes nombrasen a los ministros democristianos y exigiendo que se formasen gobiernos de unidad nacional en las administraciones locales.Ante la evidencia de que con este Parlamento es prácticamente imposible rehacer un Gobierno de «unidad nacional» con los comunistas, y puesto que parece imposible que los socialistas puedan apoyar un nuevo centro izquierda, a Andreotti le queda sólo la posibilidad, después de volver hoy de la cumbre de París de presentar al Parlamento un Gobierno bicolor (democristianos y republicanos) o tricolor (con los socialistas, si acepta Saragat, que había puesto como condición que entrasen los independientes de izquierda). Este Gobierno será derrotado y servirá sólo para preparar las elecciones.
Y ahora la batalla está sobre la fecha. Los comunistas quieren que se celebren las elecciones lo más pronto posible, el 6 o el 13 de mayo, para que el país no permanezca demasiado tiempo sin Gobierno estable y también porque prefieren que se hagan antes de las elecciones europeas del 10 de junio. Pero los socialistas desean lo contrario. Han anunciado nuevas tentativas para salvar el actual Parlamento, pero en las que ya nadie cree, puesto que to dos saben que se trata sólo de perder tiempo para que se puedan celebrar, por lo menos, el mismo día las dos elecciones.
Por exceso de original, la segunda parte del reportaje iniciado el domingo sobre las Brigadas Rojas no se publica hoy, pero aparecerá el miércoles.
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