La autonomía palestina preside las negociaciones de Carter con Sadat en Egipto
Con un «optimismo moderado por el realismo», el presidente norteamericano inició ayer en El Cairo un esfuerzo decisivo para persuadir a Egipto de que firme la paz con Israel sin fijar en el acuerdo una fecha para la autonomía palestina, a lo que se ha opuesto Israel. El Cairo ha anunciado ya que propondrá introducir «algunas modificaciones» en el plan de Estados Unidos, que sin embargo no cambiarían sustancialmente su contenido. El primer ministro israelí, Menahem Begin, declaró ayer, en Jerusalén que, si Egipto aprueba el plan norteamericano, Israel está dispuesto a firmar de inmediato la paz.
El presidente Carter fue recibido ayer en el aeropuerto de El Cairo por el presidente Anuar el Sadat y una muchedumbre de docenas de miles de personas. Carter, que probablemente mañana se trasladará a Jerusalén, llegó a la capital egipcia. acompañado de su esposa Rosalyn y de una delegación de más de doscientos funcionarios, encabezados por los secretarios de Estado y de Defensa, Cyrus Vance y Harold Brown, respectivamente. Su consejero de Seguridad Nacional, Sbigniew Brzezinski, se encuentra en El Cairo desde hace tres días.Tanto los posters colocados en la ciudad como los eslóganes incansablemente repetidos por la multitud que acudió a dar la bienvenida a Carter se centraron, casi exclusivamente, en el concepto de paz.
Entre hoy y quizá mañana por la mañana, el presidente de Estados Unidos volverá a mantener otras dos conversaciones con Sadat.
Ayer, Carter se vio obligado a cambiar parte del discurso que había preparado para responder a la bienvenida de Sadat, cuando el dirigente egipcio abordó el problema palestino.
Sadat insiste en el problema palestino
Sadat dijo que Egipto está empeñado en lograr que los palestinos obtengan sus derechos nacionales y vuelvan a alcanzar su libertad y reiteró la dedicación de su pueblo a conseguir «una paz justa y global» en Oriente Próximo.
Carter indicó entonces que él y Sadat se comprometieron a no defraudar a egipcios, israelíes, palestinos y países actualmente «en estado de guerra» en el logro de su «más profundo deseo de traer la paz a la región ».
Carter se mostró cauto en su declaración al afirmar que un tratado de paz entre Egipto e Israel constituiría un «principio, no el fin».
El presidente norteamericano tratará de convencer a Sadat de que retire su exigencia de incluir en el tratado de paz con Israel un plazo fijo para la autonomía palestina.
Aunque las propuestas norteamericanas se mantienen en secreto, la prensa israelí insiste en que Estados Unidos plantea una fecha límite para completar las negociaciones sobre la autonomía, pero no para su establecimiento.
Otros problemas existentes se refieren a la petición egipcia de revisar los acuerdos militares para el Sinaí después de un determinado período y la exigencia israelí de que El Cairo anule sus pactos de defensa con otros Estados árabes.
Horas antes de la llegada de Carter, el primer ministro egipcio, Mustafa Jalil, manifestó que su Gobierno está dispuesto a conseguir cambios en las propuestas norteamericanas, que fueron aprobadas por Israel a comienzos de esta semana.
Jalil dijo que las propuestas norteamericanas están en negociación y no representan «la posición final norteamericana».
Subrayó también que su país «nunca aceptará bases norteamericanas en el Siriaí o soldados norteamericanos en el Sinaí o en cualquier parte de Egipto».
Mustafa Jalil respondió de esta fórma a las noticias de que Estados Unidos desea la base israelí de Etzion, en la península del Sinaí, que será devuelta a Egipto después de que se firme el tratado de paz con Israel.
Jalil también reiteró que Egipto exige un plazo determinado para el establecimiento de la autonomía palestina en Gaza y Cisjordania, sin duda la cuestión más controvertida en las negociaciones egipcio- israelíes.
Fuentes oficiales de Israel advirtieron ayer que la paz no será firmada «la semana próxima», aunque exista un acuerdo final sobre las posiciones de ambos países.
Begin anunció en Jerusalén, de regreso de Estados Unidos, que su Gobierno estudiará las eventuales contrapropuestas egipcias, y puntualizó que «no las aceptaremos si no nosparecen convenientes». Explicó además que Carter no irá a Jerusalén para «presionar a Israel».
Mientras tanto, en Damasco, el presidente sirio, Hafez Assad, descartó que la firma de un tratado entre Egipto e Israel represente la paz definitiva en Oriente Próximo.
Assad censuró a Sadat al acusarle de considerar todo aquello que dicen los árabes como malo y de sufrir «complejo de extranjero».
En Beirut, la Organización para la Liberación de Palestina pidió a los ministros de Asuntos Exteriores árabes que se reúnan para aplicar sanciones económicas y políticas a Egipto en caso de que firme un tratado de paz con Israel.
Las sanciones fueron decididas el pasado noviembre en Bagdad, en una cumbre de países árabes opuestos a las iniciativas de paz de Sadat.
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